Mi Libertad. Por Valentina
«Creo que así se llama la canción de Frankie Ruiz, la verdad, ni reírme me provoca, estoy llena de tanta rabia e impotencia que no sé qué hacer con ellas, he intentado distraerme, para poder irme a dormir, pero es entrada la madrugada y aún aquí estoy, sintiéndome agredida, discriminada, humillada y sin tener un recurso para hacer justicia, para evitar que vuelva a pasar.
Dos SPI me “retuvieron” junto con mi novia, porque le di un beso, nos llevaron a la sub estación del Chorrillo, donde 2 SPI mujeres nos “revisaron” yo en realidad, sentí más bien que me metieron la mano asquerosamente, por fortuna L. no tuvo la misma experiencia, al parecer la que la revisó a ella fue más respetuosa. A ella la metieron en una celda oscura y apestosa, donde había otras mujeres, a mí me dejaron afuera… casualidad, ¿por qué a mí me trataron mejor que a ella? ¿Por ser más femenina y vestir de forma más reveladora tal vez? Me sentí terriblemente al estar afuera, sin saber qué pasaba con ella en esa celda oscura. Pensé, prejuiciosa, que allí adentro podría haber delincuentes agresivas que le hicieran algo a mi xixí, pero de hecho, las personas que le podían hacer algo eran las que la metieron allí.
Una de las chicas le preguntó por qué la habían detenido, mi princesa le dijo que por besar a su novia, la chica le contesto sorprendida que “a ellos qué les importa la vida privada de la gente” una perfecta extraña, una chica encerrada en una celda del Chorrillo, no sé ni cómo luce, si la veo por quizás podría pensar: una persona sin demasiada cultura o educación, en lugar de pensar: esa es una persona inteligente, abierta y sensible, respetuosa de las demás.
Luego nos llevaron a un juzgado nocturno, donde nos esperaban nuestr@s amig@s, todo esto sin una causa expresada, nos encerraron en una celda, esta vez al menos fue a las dos. Un policía fue a preguntar cosas que no le interesaban y a decirnos otras que tampoco nos hacían falta.
Finalmente llegamos a la jueza a quien le explique lo que había pasado y que todo lo que decía en el informe que hiso el SPI era falso. Ella por su parte, al igual que los policías, no nos dijo que ley violamos con nuestro beso, sin embargo dejó claro que en su opinión estaba mal, que las muestras de afecto se dan en privado y que ella (tan buena) no nos iba a sancionar más que verbalmente esta vez, pero si volvíamos a ser llevadas allí por la misma causa, nos iba a poner una sanción de verdad, con lo cual entendí que nos iba a dejar detenidas.
No atino a escribir algo hilado y coherente, estoy demasiado ofuscada, sólo necesito sacarme esto del cuerpo, esta rabia, humillación, impotencia, e inmensa culpa de haberla hecho pasar por esto, lavarlas con estas lágrimas y estas letras.
Dentro de todo me doy cuenta que soy muy afortunada, pues estoy con una chica maravillosa -mucho más de lo que hubiese imaginado cuando la conocí y comencé el jueguito de llamar su atención por entretenerme-, que no tiene esa homofobia internalizada que tienen casi todas las personas que tienen relaciones con personas del mismo sexo en este país y me permite ser como soy, que no me mandó pa’l carajo por no cerrar la boca y bajar la cabeza como lo habría hecho cualquier otra, por amenazar los egos de esos machos con mis preguntas, quejas y alegaciones. Muy por el contrario me dice que está orgullosa de mí y que me ama… aunque sé no tiene ningún interés en que lo vuelva a hacer, ni yo en hacerle pasar por una mala experiencia similar.
También soy afortunada por haber podido encontrar amigas y amigos como Claudia y Henrye que me apoyaron y estuvieron ahí para defenderme, para hacer ruido, ruido que influyó en nos hayan dejado salir, que aún viviendo en esta sociedad conservadora, machista, lesbofóbica y que acepta como normales mil y una arbitrariedades y atropellos, entienden y defienden mi derecho a tener muestras de afecto en público con una mujer, si es con una mujer con quien estoy. Así como otras y otros que llamaron, que escribieron, que se preocuparon, que están dispuest@s a darme su apoyo más allá de esta noche terrible. Soy afortunada de haber tenido en mi vida chicos maravillosos que hasta hace nada eran a quienes besaba en público y que ahora son parte de los buenos amigos que se preocupan por mí. Soy afortunada de tener al otro lado del mundo pero siempre cerca del corazón a un amigo que amo, aunque a veces me vuelve loca en el mal sentido, pero que tiene la habilidad de sacarme de los peores y más oscuros estados de ánimo.
Siento que mi libertad se ha ido, que no puedo vivir la alegría de querer a una mujer de la misma manera que he vivido la de querer a hombres. Me siento acorralada, insegura, pues ahora temo que mientras esté con mi niña (que espero que sea mucho tiempo porque es una persona hermosa que ilumina mi vida) tendré que censurarme, negarme libertad de actuar como sienta donde lo sienta o estar expuesta a este tipo de atropellos, contra mí y lo más preocupante, contra ella. Trato de echar mano de todas
las TREC y cambios cognitivos del mundo, pero simplemente, en este momento, no los alcanzo, ¡no lo puedo soportar!, me siento prisionera en este mundo de mierda, en este país de mierda donde ninguna ley me prohíbe darle un beso a mi novia en la calle, pero cualquier policía puede amenazar nuestra seguridad, quitarnos nuestros documentos y nuestra libertad sin ninguna consecuencia, donde una juez nocturna me dice que no lo debo hacer porque ella opina que no está bien y que si reincidimos nos va a sancionar.No me importa lo que la gente piense, suelo decir “pensar es bueno, que piensen”, pero no puedo resignarme al hecho de que, sí quien “piensa” tiene un uniforme o un puesto de jueza nocturna, conociendo o desconociendo las leyes, pueda arrebatarme mi libertad y la de mi pareja. Y me la han quitado, porque desde esta noche, ya no me siento libre, se me perdió la sonrisa, me robaron la alegría.
Valentina Anitnelav
Lunes 28 de marzo de 2011, 4:00 a.m.»
Si desean leer su escrito directamente en el facebook pueden hacer click aquí, la noticia en La Prensa se lee aquí.
Pedir Disculpas
Una de las cosas más difíciles de hacer en una relación es pedir disculpas. Con el tiempo he advertido que esta dificultad se encuentra en la raíz de muchas rupturas de pareja que habrían podido salvarse con un sencillo y honesto «lo siento, no quise lastimarte».
Ahora bien, pedir disculpas no es fácil por varias razones, lo cierto es que es un proceso complejo y en cada etapa se puede uno enredar y acabar creando un problema mayor. Así que tratemos de partir el proceso en pedazos y revisarlo paso a paso. Una de las cosas que más he visto en consulta y en la vida social es que la gente hoy día no sabe cómo se pide una disculpa ni para qué sirve. En buen panameño diríamos que la gente no sabe «con qué se come eso».
Revisemos primero el proceso normal y luego los errores de cada etapa.
1- PIENSE – Reconozca (en su mente) que lastimó a otra persona: no importa si siente que tuvo razones válidas para hacer lo que hizo, no importa si no se dio cuenta del impacto que tendría lo que hizo y NO IMPORTA SI NO FUE SU INTENCIÓN LASTIMAR. Lo único que importa es que lastimó y debe reconocerlo (en su mente).
2 – SIENTA – Pregúntese a sí mismo «¿Me importa el dolor que le causé a esa persona?»: si el dolor ajeno le importa lo normal es que sienta algo de culpa y para quitarse esa culpa es que uno se «dis-culpa» eventualmente. También es posible que sienta algo de vergüenza, pero no es siempre así. Si NO le importa el dolor ajeno pueden estar pasando varias cosas:
- Tal vez usted está temporalmente inhabilitado para empatizar, porque también se siente muy ofendido por algo que la otra persona le ha hecho, porque algo le ha despertado aquel orgullo infantil del cual TODOS somos presa de vez en cuando o porque está muy molesto.
- Tal vez usted experimenta una dificultad constante para empatizar, lo cual nos indica que tiene algunos rasgos sociopáticos o narcisistas importantes. Si es así, posiblemente se esté riendo de este punto, descartándolo de alguna forma o no comprenda bien de qué se trata todo el tema de las disculpas (vaya a terapia, se está perdiendo más de la mitad de la vida… por cierto, lo siento por lo mal que lo trataron en su infancia, no todos somos tan malos.).
3 – ACTÚE – Reconozca (verbalmente) que lastimó a la otra persona: la forma correcta incluye decir específicamente por qué nos estamos disculpando, es decir, qué fue lo que sabemos que hicimos mal. Eso le deja a la otra persona saber lo que PENSAMOS y lo que SENTIMOS en los dos pasos previos. Algunos ejemplos a continuación.
- «Lo siento por haberte gritado, no fue mi intención lastimarte y me siento culpable por haberlo hecho.»
- «Discúlpame por no haber estado, sé que era importante para ti y ahora que lo sé me siento mal por lo que hice, no me di cuenta. Estaré más pendiente de esto en el futuro.»
- «Lamento haberlo hecho, debe haber sido muy duro para ti, estoy intentando no cometer el mismo error.»
Pedir disculpas es como patinar en línea, las primeras veces que se hace cuesta mucho trabajo pero luego es algo que, aunque no se hace todos los días, uno ya está listo para hacer cuando sea necesario. De paso puede convertir un momento difícil en uno que fortalece el vínculo entre las partes.
Por otro lado, cuando uno se disculpa es importante que la otra parte también reconozca lo que hizo mal en la situación porque usualmente ambas partes tienen algo de responsabilidad que no deben evadir si quieren que el vínculo se mantenga. No hay nada peor que pedir disculpas y tomar la parte de responsabilidad que nos corresponde y ver cómo la otra persona se hace la desentendida, no reconoce su parte y pone esa expresión de superioridad.
En resumidas cuentas, para bailar tango se necesitan dos y ambos deben reconocer lo que hicieron mal, no importa quién inicie el proceso de disculpa, el otro debe seguirlo y prestar la misma cortesía y humildad que quien lo inicia.
Aprender a disculparse y hacerlo bien nos catapulta a la adultez siempre que sean disculpas honestas.
Un abrazo a todos.
My Clinical Comments on Black Swan (Spoilers)
I’ve seen this movie twice and a facebook friend and I were having a conversation about it. I just wanted to put together all my comments because I noticed I ended up writing a somewhat full clinical analysis of the movie. I’ll begin by saying that psychologically speaking, the movie is exquisitely well made. Everything fits.
First of all when it comes to a diagnosis it can be complicated but Nina Sayers had some significant Obsessive – Compulsive traits in her personality which is why she always wanted to be perfect, so much that she couldn’t «let herself go» and become the black swan on stage. Also, as the movie progresses and the pressure of becoming the black swan gets stronger, the black swan personality traits (which she’s had all along inside of her but she never uses) are forced out as a secondary identity. She dissociates those traits and manifests them as a secondary identity because, due to her OCD personality those traits cannot coexist with the innocent and «perfect» girl she’s been taught she should be.
The secondary identity manifestation makes me think she was abused or neglected as an infant (probably during the first 12 months of her life, remember her mother blamed her for having to leave her own career as a dancer at 28), that’s when people form a tendency to develop different dissociative disorders and split their personality under periods of serious stress.
Clinical Diagnosis:
- Dissociative Identity Disorder. (DID)
- Non-Specified Eating Disorder.
Personality Diagnosis:
- Obsessive Compulsive Personality Disorder. (OCPD)
The eating disorder is shown not only when she pukes but when she becomes so stressed about the cake (which her mother tries to force on her, maybe to sabotage her due to envy) and the egg and the grapefruit she ate for breakfast. Yes, the symptom is stress related but that’s how eating disorders work, they’re stress related. Those patients live in stress all the time, usually related to being perfect and not being able to control anything in their lives but their bodies. The symptom becomes a cycle and it gets worse every time something in the environment triggers it, for example, Nina threw up every time she was not being «chosen» by the ballet director who, instead, was paying attention to another dancer.
Now, DID plus OCD is a terminal combo in a way, especially under the right (wrong?) circumstances. But the DID is the most dangerous one, when a person develops different identities that switch like that it’s usually because they cannot accept/integrate all their personality traits and keep them whole in a fully functional package (like most people do) so some of the traits «come to life» under certain circumstances. If the
different identities find it in their nature to be one against the other they end up competing for dominance and might try to eliminate each other. But attacking the other identity is, in the end, attacking themselves (because they share the same body). Suicide and self harm rates are high among these people. At least it looks like suicide when it is, in a way… murder.
La causa del año
Es diciembre otra vez y eso significa, de una forma u otra, que el ciclo del 2010 se termina y es hora de echar una mirada hacia atrás y ver los eventos que hemos vivido este año. Aunque probablemente haga una entrada de año nuevo dentro de unos días, quería dejarlos con un vídeo que encontré y que nos recuerda una de las causa más significativas de este año.
Vivir en la sombra
Luego de un momento tenso que me hizo cuestionarme algunas cosas sobre la postura de espera que tengo muchas veces en la vida he decidido utilizar el resto de la tarde para hacer algo que siempre disfruto hacer: escribir. Que dios (la minúscula es intencional) bendiga al inventor de las computadoras portátiles y qué suerte que llevaba la mía cuando esta urgencia de escribir ha tomado forma. Así que estacioné mi auto en uno de esos lugares donde venden bebidas cafeinadas con nombres que no me he tomado el tiempo de aprender, ofrecen internet inalámbrico y el ambiente huele a rollos de canela. Aquí, en medio de un suburbio creado lejos de la ciudad, decidí pasar un par de horas para expresar mi sentir actual.
Bajé del auto, tomé mi computador y entré (nota: mi humor no es el mejor, me invade la tristeza y eso usualmente hace que esté muy vulnerable a los ataques ajenos). Solo cruzar la puerta y escuché al gerente del lugar terminar una broma con el chico de la caja y la joven que prepara el café.
- ¡Eso es una gayzada! – dijo el gerente y los tres rieron a carcajadas. No había clientes en el lugar.
- ¡Fantástico! – pensé – buena bienvenida, esto no es lo que necesito en este momento.
A veces no me reconozco a mí mismo. En otro momento de mi vida habría analizado el comportamiento del gerente y los dependientes y habría dicho algo sarcástico como “ya bájense de la rama”. Hoy día he tomado esa agresión en silencio y he dejado que contribuya a mi falta de esperanza. Pero ¿Por qué? ¿Qué ha cambiado conmigo?
Estoy cansado. Cansado de ser un ciudadano de segunda clase o, al menos, de ser tratado como uno. Desde la entrada anterior el tema de cuántas expresiones de afecto son demasiadas está rondando mi cabeza y, para ser honesto, me entristece mucho pensar que cuando estás enamorado no deseas tener límites en tus expresiones, nunca te parece haber dado demasiado y, al mismo tiempo, nunca te parece haber recibido suficiente. Así que, aparte de las reglas básicas de convivencia y de mantener la privacidad de la vida en pareja para momentos más íntimos, me permito responder la pregunta que lancé en la entrada anterior.
- “¿Cuánto es demasiado?”, “How much is too much?”
Pues creo que hay circunstancias en la vida en que demasiado nunca será suficiente. No sé si les ha sucedido pero, gente, a veces uno tiene esa sensación de que “too much is never enough”. Sucede con las adicciones y sucede con el amor, ese maravilloso estado afectivo al que todo ser humano aspira llegar (incluso si no lo sabe) y que, cuando lo consigue, teme expresarlo por vergüenza. Las contradicciones humanas son siempre comida para el pensamiento.
Hace varios años mi proceso personal llegó a ese punto en que uno decide que se quiere a sí mismo como es y que no va a vivir enmascarado nunca más solo para mantener el supuesto amor de otras personas (en el trabajo, en la familia, en la escuela, en la pareja, da igual). En ese momento me prometí a mí mismo que nunca más me pondría una máscara. Nunca más.
Pero, hace meses que lucho conmigo mismo. Lucho para resistirme a contestar los ataques del medio. Lucho para seguir siendo honesto conmigo y con los demás, para ser expresivo y más auténtico cada vez. Y lucho para esperar, desde mi punto del proceso, a que el proceso de los demás me alcance. Pero esperar es tan agotador y produce tanta incertidumbre.
Y sí, digo lo siguiente sin la menor gota de modestia: no soy perfecto, nunca lo seré, pero sí soy veloz, siempre lo fui, soy responsable y comprometido, y busco la verdad y la salud y no perdí demasiado tiempo teniendo una vida doble. Yo fui honesto desde muy temprano en mi proceso. De alguna forma siempre supe que sería lo más sano. Yo corrí a través de la vida y por el bosque oscuro de mi inconsciente hasta llegar al punto en que estoy hoy. Yo me construí a mí mismo y mandé a la mierda a quien me dio a entender que me quería siempre y cuando no fuera gay, escupí la cara de quien citó una religión antigua para justificar tratarme como ciudadano de segunda clase y me enfrenté al endeble concepto de dios que tiene la mayoría de la gente. Tuve discusiones muy elevadas con quien se atreviera a devaluarme solo porque soy distinto. Nadie pudo contra mis argumentos (porque son ciertos) y con tiempo y trabajo me hice un hombre y un nombre y estoy orgulloso de quien soy. Lo que piensen los demás no me importa demasiado, tuve que dejar ir a mucha gente (familiares, amigos y amores) porque me resistí a ser aceptado solo de manera parcial o a vivir en la sombra para guardar las apariencias. Soy veloz, siempre fui impresionante para todos mis mentores, peligroso para mis competidores e incomprendido por quien no ve más allá de sus narices. Y lloré durante todo el proceso, porque no es sencillo ni placentero, sobre todo cuando lo haces solo, pero sobreviví y me quiero más a mí mismo que cualquiera que tenga una vida doble o que acepte los abusos de los demás solo porque vienen disfrazados de cariño.
Es como lo que canta la bruja verde en aquel musical que nadie comprende por qué me gusta tanto:
- “Too long I’ve been afraid of losing love I guess I’ve lost. Well, if that’s love, it comes at much too high a cost.” (Por demasiado tiempo he temido perder un amor que tal vez ya he perdido. Pues, si es amor, el precio es demasiado alto).
Todos los seres humanos (los que ya nos bajamos de la rama) luchamos en el duro camino hacia la mayor autenticidad, para encontrar la verdad, nuestra verdad, nuestra salud. Porque hasta las religiones organizadas (de las cuales saben que no soy muy fanático) reconocen que la verdad nos hace libres y, en este contexto, libertad es solo otro término para autenticidad y salud.
Hoy día siento que hay momentos en que me veo forzado a enmascararme, a vivir en la sombra, sobre todo porque resistirme a hacerlo podría poner en peligro un nuevo vínculo importante. ¿Estoy haciendo lo mismo que hacen otros? ¿Estoy traicionándome a mí mismo?
He sido rechazado y tratado como ciudadano de segunda clase, como menos importantes que mis equivalentes. Pues es el momento de despertar una vez más. Este es el momento en que mi tristeza se cubre de rabia, el momento en que esa vocesita dice en mi cabeza “Al diablo con todos, no podemos darle tanto control a un puñado de ignorantes solo porque ellos creen que están en lo correcto. Es hora de mostrarles su propia ignorancia sin importar si están listos para verla o no. Es hora de sobrecargar sus mentes y que experimenten el dolor de ver la realidad igual que nosotros experimentamos el dolor de vivir en la sombra». Somos demasiados como para dejarnos amedrentar de esa forma. Es hora de responder y de hacerlo de manera inteligente, sin armas, sin revueltas. Una verdadera revolución sin manos que empiece en cada hogar, en cada mente, en cada acción. Porque, después de todo, no todos tenemos el estómago para vivir en una burbuja.
«I hope you’re proud how you would grovel in submission to feed your own ambition»