Siguiendo con mis entradas que originalmente fueron respuestas a comentarios de otra gente, someto a su consideración esta, que surgió como respuesta a que alguien dijo por ahí que yo podría comentar algo sobre la importancia psicosocial del padre o sobre las «causas» de la homosexualidad o qué se yo. El asunto es, señores y señoras, que no me parece que la búsqueda de las causas de la homosexualidad en general sea algo más importante que la búsqueda de las causas de todas las orientaciones sexuales (incluyendo la heterosexual, por supuesto). Sí pienso , sin embargo, que muchos varones homosexuales insertos en esta cultura tienen derecho y hasta se beneficiarían de tener su propia teoría sobre por qué son gays y no heterosexuales, eso les daría gran sentido de identidad, lo cual es muy importante para tener salud mental. Los heterosexuales no se preguntan por qué son heterosexuales porque simplemente viven en esta cultura que está diseñada para ellos. Así que su orientación sexual no les «hace ruido».

De cualquier forma, aquí va mi comentario de aquella vez:

Hola gente:

Tamaño de responsabilidad que veo venir encima. Bueno, quiero aclarar que mi tesis no se trata de «por qué la gente es gay», sino de las vicisitudes que se dan en los tratamientos terapéuticos con varones homosexuales. Eso, por supuesto, me ha llevado a realizar los tratamientos (no para quitar la homosexualidad, eso está fuera de la cuestión) sino para atender cualquier motivo de consulta que trajeran mis pacientes.

El proceso de hacer esta tesis me ha llevado, como es costumbre en la investigación profunda, por caminos insospechados, recorriendo, entre otras cosas, las laderas de las identificaciones y el ancho campo de lo que significa, en este país y en esta época, ser hombre. La masculinidad es todo un tema y solo quiero comentar que en general el hombre latinoamericano ya no sabe cómo ser hombre. Yo también he notado mayor participación de varios en el cuidado directo de los hijos, por ejemplo. Sin embargo, los antiguos roles del hombre y los nuevos que se están adquiriendo parecen no embonar bien del todo, creo que la maquinaria masculina necesita algo de lubricante para que los engranajes antiguos encajen mejor con los nuevos y se puedan mover fluidamente. Es una responsabilidad de los hombres definirse a sí mismos. Las mujeres no pueden hacerlo y, para eso, la sociedad necesita más papás involucrándose, aunque sea solo para que sus hijos se puedan comparar con la generación anterior y decidir cuáles roles integran y cuales no.