Ayer fue el llamado día mundial contra la homofobia. Supongo que está bien tener un día para recordar la lucha por los derechos y cómo ser homosexual o lesbiana o bisexual no tiene nada que ver con estar enfermo o sano (un momento, esa suena más a la definición del gaypride.). Sin embargo, debo admitir que no me he entusiasmado mucho este año, después de todo, el 17 de mayo suele ser más caracterizado por manifestaciones activistas y lo mío no va muy en la línea de hacer manifestaciones. Mi trabajo suele ser más sigiloso, tal vez hasta invisible para quien no esté dentro de la mente de quien lo recibe.
Claro que mi falta de entusiasmo también puede tener algo que ver con un comentario que recibí hace unos días, sobre cómo los activistas siguen mostrando su desacuerdo con mis ideas y, aunque no es mi intención que pensemos igual o actuar como si la mía fuera la verdad absoluta, sí es doloroso cuando lo descartan a uno, y lo tratan como a un traidor a la causa por que uno se interesa en algo más allá de la rumba del fin de semana o se atreve a considerar un mundo donde «homos» y «heteros» se lleven bien, no donde uno prevalezca sobre el otro.
En esta fecha especial, les envío un abrazo y les participo mi desencanto, reconociendo siempre que estos sinsabores son parte de la vida y vienen con aquello de pensar distinto.
Quisiera que no tuviésemos un día contra la homofobia, porque quisiera, en el fondo, que no lo necesitáramos.
Es triste saber que uno forma parte de un grupo y los propios miembros de ese grupo te discriminan, no por lo que haces, sino porque no entienden o no quieren entender las cosas que uno dice, propone, estudia y plantea a los demás, precisamente porque pareciera que sus intereses son otros, y no el de vivir en un mundo de paz.
En vez de pensar en la farra, en el vino, la moda y en los viajes al extranjero, deberían hacer paneles educativos en días como este, tal y como lo hizo Cuba y las diferentes organizaciones con apoyo del gobierno, porque se han dado cuenta que las manifestaciones y las fiestas no ayudan en nada. Pero no lo han hecho. Por eso es que he dicho que no esperemos que un grupo haga algo por alguien o por alguna colectividad, si no hacemos primero algo nosotros mismos, y muestra de eso es lo que hacemos en este y en otros blogs, donde «incluimos», escuchamos, aprendemos, nos preocupamos por los demás y discutimos temas de mucha relevancia, y creo que lo más importante es que sabemos organizarnos y tenemos bien claro nuestros objetivos y las metas que queremos alcanzar.
Y luego de todo esto, aunque muchas veces no estemos de acuerdo con otras ideas o formas de pensar, seguimos siendo los mismos, sin cambiar nuestra propia naturaleza como seres humanos que anhelamos vivir en un lugar donde no haya ningún tipo de odio hacia los demás, ni mucho menos hacia miembros de un mismo grupo que luchan por una casua en común.
Yo también quisiera que no tuviésemos un día contra la homofobia, no solo por no querer necesitarla, sino también porque no debería existir.
Saludos.
Primero, disculpas por la extensión de mi texto.
Yo estoy 200% de acuerdo contigo. Sé cual es tu línea y créeme, pienso igual.
A mediados de 2007, escribí en un foro «gay», algo como lo que hoy escribo aquí, y me sentí igual que tú.
Algunas reacciones fueron a favor, pero otras muchas fueron tomatazos. Pero me valió «chuletas con papas…»
Es justamente lo que lamentamos muchos en cuanto al lo del «ambiente gay y la homofobia». Es como un mundo aparte fabricado para excusar una rebeldía sin causa.
A qué me refiero?
A que no existe Ambiente Hétero. A que no existe Movimiento Hétero… y un largo etcétera. Muchos homosexuales han hecho de la homosexualidad un Mundo Aparte… un getho, en lugar de hacer unión con la sociedad. Y luego se quejan de que la sociedad los discrimina. Sí es cierto que hay discriminación y homofobia. Pero NO HAY RAZON PARA QUEJAS si estamos a mano con la sociedad, rechazando e inventando lo que podríamos llamar la héterofobia por parte de los homosexuales.
Para muestra un botón:
Un conocido me criticó (y casi se disgustó asombrado) porque comenté que como artista, yo podría pintar una mujer desnuda. Éste muy asombrado respondió «Una mujer??? Y tu para qué vas a pintar una mujer, nostors somos gays???»
Parece un ejemplo tonto… pero lo dice todo.
Todo extremo es perjudicial para la humanidad.
Lo más saludable es tener una mentalidad ABIERTA. Criticamos a un homosexual de ser inseguros de su heterosexualidad… y nosotros que? Estamos seguros de nuestra homosexualidad? Qué impide que un homosexual viva feliz sin criticar al héterosexual, si sabemos que todos los héteros NO SON HOMOFOBICOS?
HOMOFOBIA, UNA PALABRITA MUY SOCORRIDA…
Un día comentaba con mi pareja sobre un jefe homofóbico que maldice, ofende… ODIA a los homosexuales y constantemente aprovecha cualquier oportunidad para sacar su veneno contra personas de sexualidad diversa… hombre o mujer. Generalmente busca notas de farándula para expresar su molestia y dejar en evidencia que el mundo está pervertido (según él).
Es decir, sí existe la homofobia. Unos la expresan en ofensas, otros en acciones.
Pero eso es una cosa y otra es decir que cualquier persona que NO ESTÁ DE ACUERDO CON LA HOMOSEXUALIDAD es homofóbica, negándole derecho a su libertad de pensamiento.
Por ejemplo, ya no creo en la religión. Pero creo en un ser supremo. Eso no me hace tenerle fobia a la religión, y nadie puede impedir que piense de esta forma.
Pero parece ser que muchos homosexuales toman la palabra homofobia, como escudo para ser vistos como los parientes pobres de la sociedad que tanto odia la gente, cuando hacen cosas impropias, no para un grupo sexual, si no para cualquier ser humano: Calumnia, ACOSO (sí, en mayúsculas), y otras acciones que sin importar si se trata de hombres o mujeres homosexuales, héteros o bisexuales, son desagradables para cualquiera, en lugares de trabajo, círculo de amigos o familia.
Hemos llegado a creer que que nos han forzado a actuar bajo parámetros heterosexuales, cuando la realidad es que NO SE TRATA DE PARAMETROS HETEROS (de ser así, estaríamos imponiendo parámetros homosexuales). El asunto es SER COMO QUEREMOS QUE SEAN CON NOSOTROS.
Todo esto se parece al delicado problemita de la libertad de expresión y sus olvidados límites para no caer en la calumnia. Cuando éstos se violan, surgen consecuencias legales y los periodistas se quejan erróneamente con «Quieren imponernos leyes mordazas!!!»
Vivimos en una sociedad. Por tanto HAY REGLAS aún dentro de la libertad. De lo contrario, viviríamos en LIBERTINAJE. El ser gay no me da derecho a llevar a la realidad mi pensamiento privado de que un hétero de mi gusto sea homosexual en mi imaginación… Si lo hago, si lo acoso aún sabiendo que NO ES «GAY», esto puede generar disgusto. Muchos homosexuales no aceptan esto, y luego dicen: Es un homofóbico!
CUANDO PELEAR?
Para mí eso de los días de… son puro B.S. (bull sh…). Yo creo que TODOS los días son buenos para pelear por algo que consideramos justo. Cada uno a su forma. No todos podemos ir contra la corriente tan directamente como quisiéramos, pero hay formas que, como menciona Álvaro, son silenciosas. Dar el ejemplo con la conducta. Tarde o temprano sabrán en mi trabajo (ya se sospecha) mi sexualidad. Como no tengo letreros y nadie ha tenido los cojones para preguntarme si soy homo, no estoy obligado a dar información de mi orientación sexual. Pero cuando llegue el momento, nadie podrá señalarme de conducta inapropiada. No quiero con esto hacerme ver como el más ejemplar, porque todos tenemos buenas cualidades para ejemplificar. Lo que quiero es alentar a que demostremos que ser homosexual NO ES vestir más fashion que el «gay» que está en el otro rincón de la discoteca o la marca más in. Que NO ES la última cocoa para destruir a quién nos cae mal… Que NO ES sentirnos (como homosexuales) por encima del resto del mundo (egocentrismo confundido con autoestima). Por Dios! Todo esto refleja justamente ausencia de AMOR PROPIO. Sin amor propio, cómo pretender la aceptación de la sociedad?
Que bueno lo de Cuba, mientras aqui, el opus dei adquiere poder. Se hacercan dias muy difisiles para los gay en Panama.
omega
Alvaro, comparto tu falta de entusiasmo en todo este enredo. Realmente, creo que más hacemos trabajando contínuamente pero manteniendo un perfil bajo. Los tiempos de activismo al estilo Harvey Milk ya pasaron…. Pero, ante los activistas de ese estilo siempre seremos catalogados como «homofóbicos…»
Yo acabo de enviar un video a CNN en inglés sobre lo leído en La Prensa y vamos a ver si me cae la «andanada…»
Hay que pensar en el ser humano como un todo, y no a partir de una sola característica….
A.d.o.
La actriz que interpretaba a Miranda Hobbes en la serie y película «Sexo en NY» Manifestó su deseo de contraer matrimonio con su pareja desde hace cinco años, Christine Marinoni.
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«Ya es hora», dijo la actriz Cynthia Nixon, a los integrantes de la manifestación,
mientras enseñaba el anillo de compromiso durante una manifestación en favor de la legalización del matrimonio entre homosexuales, celebrada en Nueva York. Según explicó Daily News, el anillo de diamantes se lo había regalado su pareja Christine Marinoni para fijar el compromiso.
La actriz de 43 años conocida por dar vida al personaje de Miranda Hobbes en la conocida serie «Sexo en Nueva York» y en su versión cinematográfica, desde hace cinco años mantiene una relación con Marinoni.
Nixon anunció que se comprometió con su pareja en abril y que le gustaría casarse en Nueva York, cuando el Senado del estado legalice el matrimonio homosexual.
En el 2003 la carismática actriz se divorció de su hasta entonces marido, el fotógrafo Danny Mozes, con quien tuvo dos hijos, Samantha y Charles.
En la manifestación estuvo acompañada por una de sus compañeras de reparto en «Sexo en Nueva York», Kristin Davis, y por el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg.
También se dejaron ver actores como David Hyde Pierce, Audra McDonald y Ana Ortiz, entre otros.
Paterson anunció en abril un proyecto, que ya tiene la luz verde del Legislativo (cámara baja) del estado de Nueva York, con el que quiere legalizar los matrimonios entre personas del mismo sexo y equiparar sus derechos a los que tienen las uniones entre heterosexuales.
Si el Senado aprueba la propuesta, Nueva York seguiría la estela de otros estados de EEUU, como Massachusetts, Connecticut, Vermont, Maine y Iowa