Un visitante el blog me envió un artículo muy interesante el día de ayer; escrito por Jon Adams en 1995, el artículo se refiere a la forma en que las películas infantiles de Disney construyen a sus villanos y villanas y llama la atención sobre algunas características «queers» que se le dan a estos villanos y no a los personajes heroicos de las tramas.

Entre otros ejemplos, Adams señala cómo algunas villanas (como Cruella De Ville y Madame Medusa con sus apariencias que desafían los estándares femeninos) y villanos (como Scar en The Lion King) son representados con características poco tradicionales, las cuales son ligadas al elemento indeseable de la película, preservando de alguna forma la idea de que lo tradicional es bueno y lo no tradicional no lo es. Una traducción aproximada de uno de los párrafos del artículo (originalmente escrito en inglés) es como sigue:

«… [en El Rey León] el villano Scar… desde su primera línea hablada («la vida no es justa») exhibe comportamientos y patrones de habla estereotípicamente femeninos, incluyendo el meñique elevado en una muñeca caída… Más aún, la caracterización estereotípica produce ecuaciones similares a «queer es igual a víctima». Scar no se casa; es abiertamente el hermano débil [de Mufasa, el rey], el que dice que no puede saltar de alegría por la ascensión de Simba debido a «un problema de espalda, ya sabes». Los únicos personajes junto a quienes se siente fuerte son aquellos que él mismo considera «idiotas». Cuando Simba le dice que él [Scar] es raro por todos estos rasgos, Scar dice «No tienes idea», haciendo que el comentario hecho por Zazu, el asistente del Rey («Hay uno en cada familia») sea más evidente… El villano es feo y débil: recurre a planes y tácticas desviadas; está condenado a asociarse con lo peor de la sociedad, en este caso las hienas y, coronando sus atributos, es queer (sorpresa, sorpresa)«

El artículo está, a mi modo de ver, muy bien escrito y es importante leerlo todo para formarse una opinión justa, independientemente de si la misma es a favor o en contra. La preocupación que posee el autor es que, mientras los padres de familia pueden levantar las cejas sobre la violencia manifiesta en la pantalla en estas u otras películas, nadie parece percibir o, al menos señalar, que varios rasgos característicos de la población queer son otorgados a estos personajes, asociando dichos rasgos al «malo de la película» en las mentes sin filtro de las legiones de niños pequeños quienes, unos años después, gobernarán el mundo y crearán leyes y normas según su sentido de lo bueno y lo malo.

Gracias a Rodrigo por este artículo, me ha dado el puente para escribir, en los siguientes días, sobre el cine y la representación de los personajes homosexuales o la temática de la diversidad en la pantalla grande. Muy al estilo de las entradas sobre Queer as Folk que publiqué el año pasado.

Quien quiera leer el artículo completo puede hacer click aquí.

Nota: la imagen de Scar ha sido una cortesía del internet.