Un visitante preguntaba, en los comentarios de la entrada «¿Con cuánta gente?», sobre la separación entre el comportamiento y el afecto.  Creo que he tocado este tema en algún lugar del blog, pero paso a comentar algunas cosas a petición de EL VENEZOLANO.

La consulta del Venezolano va más en la línea de personas que tienen comportamientos (conducta) homosexuales pero que son incapaces de sentirse afectivamente ligados a personas de su mismo sexo.  A saber, gente que puede experimentar excitación sexual/corporal con personas del mismo sexo (tener erecciones, eyaculación y orgasmo, por ejemplo) pero no puede sentir ese enamoramiento por sus parejas.

En primer lugar, debo recordarles que no todos los encuentros sexuales van acompañados de ese enamoramiento.  Y esto es independiente de la orientación sexual, es decir, los hombres heterosexuales NO están enamorados de todas las mujeres con quienes se acuestan y viceversa.  ¿Por qué habrían de enamorarse los hombres o mujeres gay de todos aquellos con quienes tienen intercambio sexual?

La gente es perfectamente capaz de tener sexo sin amor (o sin aprecio, lo cual habla de otras cosas) y de tener enamoramientos muy intensos o una afinidad afectiva muy fuerte hacia alguien sin sentir el más mínimo deseo de acostarse con esa persona (¿alguno de ustedes tiene amigos? son como los hermanos pero tú los escoges ¿sí ven?).

Ahora bien, esta forma de funcionar produce muchos problemas en las relaciones/interacciones entre dos personas, porque no siempre las dos personas (suponiendo que sólo son dos) sienten lo mismo.  Los casos de «yo me enamoré y él no» o de «me quiere ver todos los días y la verdad es que me asfixia» son incontables.  Alguno de los dos saldrá lastimado y un corazón roto puede volverse muy duro y malvado si no sabe cómo sanar.

La escisión (separación) entre comportamiento sexual y afecto puede tener que ver más con el juego específico que debe darse para que se produzca un verdadero enamoramiento.  Porque tener intercambio sexual es relativamente fácil y voluntario (en la mayoría de los casos) pero enamorarse está completamente fuera de nuestro control consciente.

Lo cierto es, señores y señoras, que la conducta sexual (tan primitiva y básica como es) expresa muchas cosas en los individuos.  No siempre expresa que se está enamorado, aunque es increíblemente satisfactorio cuando es así y, debido a eso, algunas personas hacen la diferencia coloquial entre «tener sexo» y «hacer el amor».  Quien lo ha vivido, sabe de lo que estamos hablando.

blogPero el intercambio sexual expresa mucho más que eso en diferentes personas y en diferentes momentos de la vida.  Desde los adolescentes que pueden estar explorando sus nuevas capacidades, hasta quien tiene sexo anónimo con gente extraña como forma inconsciente de repetir un abuso sexual temprano, a manera de descargar un impulso que no se permite expresar de otra forma o bien como ganas de «quitarse la calentura» en un momento en que no tiene pareja.  También existen quienes utilizan su sexualidad para «someter» a otras personas y de esa forma obtener una sensación de superioridad (lo cual probablemente habla de su sensación inconsciente de profunda inferioridad que requiere semejante conducta para compensarse).  Sí señores, las violaciones y las formas reales de sadismo sexual (no los juegos inocuos en parejas) no se tratan de sexo, se tratan de «poder».

Si cruzamos estas expresiones con el tema de las orientaciones, encontramos que es curioso y bastante frecuente cómo algunas personas reportan que pueden solo enamorarse de un sexo pero sentirse más sexualmente atraídos hacia otro.  Así, vemos a hombres «enamorados» de sus esposas pero que describen su sexualidad matrimonial como algo «frío» o «aburrido».  Uno de mis primeros pacientes (allá por 1903) me dijo que era «como tener sexo con un muerto, inmóvil», pero describía sus intercambios sexuales con otros hombres como algo mucho más intenso y que le resultaba satisfactorio (excepto por el sentimiento de culpa posterior, lo cual nos confirma el conflicto interno que vivía esta persona).  En casos como este es importante evaluar en qué medida ese comportamiento heterosexual es solo una maniobra inconsciente que permite al individuo sentirse más normal y masculino (habría que revisar su concepto de masculinidad), también es importante considerar si su comportamiento homosexual es una maniobra que le permita incrementar una intensidad sexual que siente imposible con el sexo femenino, tal vez sienta a las mujeres muy frágiles, tal vez se sienta a sí mismo demasiado poderoso.  ¿Sí ven que todo está en la mente? Las posibilidades son infinitas y, como siempre, es importante ver un caso a la vez.

Espero sus comentarios… vaya, una entrada larga y un poco pesada esta vez.

Saludos!