Hoy día he estado hablando de política con algunas personas, con las elecciones generales en puerta, el tema se encuentra en el aire y uno de los temas específicos que comentábamos es cómo hay muchas personas de la farándula panameña como candidatos a puestos públicos. Desde que Terminator acabó gobernando california, todo es posible.
La realidad es que no hay nada de malo en eso. Es decir, seamos serios, existe gente muy capaz en todas las profesiones y áreas de trabajo así que, si alguien serio que ha sido una figura pública durante un tiempo quiere lanzarse como candidato(a), no debería haber problema. Claro que ese no es siempre el caso. En un mundo de máscaras y apariencias, los candidatos a puestos públicos (hayan venido del mundo de la farándula o no) muestran su mejor cara y uno nunca está seguro de sus intenciones.
Personalmente creo que deberían, al menos, hacer evaluaciones psicológicas completas a los candidatos a puestos de elección, a ver si nos ahorramos algo de sorpresas. Pero nada, que también pienso que deberían dar licencias para ser papás y mamás, previa evaluación de los apegos tempranos y patrones de vinculación, pero ese es otro imposible… a lo mejor nos quedaríamos sin futuras generaciones.
Así que sigo sin saber a quién regalarle mi voto… y digo regalo porque si se lo doy a alguno, será de gratis, porque no me han mostrado mucho material como para decir quién será mejor para el país. El tiempo se acaba y yo con este predicamento.Mi vocesita sarcástica acaba de decir que es una pena que no haya monedas de tres caras… bueno, siempre podríamos usar un dado. Ya veremos.
El asunto es que en un mundo como este – donde lo que le dan a uno para elegir candidato es un espectáculo de música y bonos de supermercado, donde las niñas del miss princesita para miss sistema solar no pueden aprender respuestas de memoria, o donde el ganador del Mr. Escort Panamá hace pornografía y tampoco es panameño – uno se da cuenta cada vez más, que hay cosas que dan tristeza y que no se ven muchas luces al final del camino.
Lamento haber hecho un escrito pesimista pero, como dijo Arjona, «Si le hemos parecido amarillistas disculpe usted, no hubo noticias optimistas». Por cierto, personalmente no tengo nada en contra de los bonos de supermercado, la farándula, los espectáculos de música, los extranjeros o la pornografía.
Lo que sí me da problemas es que se le quiera ver la cara de tonto al pueblo y creo que al final se trata de quién representa a nuestro país en diferentes áreas o disciplinas. Se trata de quién nos representa a todos y si es a ellos(as) a quienes queremos como representantes.
Es «comida para el pensamiento», como dicen por ahí.