Joe hizo un comentario en «formas de prejuicio II: heterofobia» acerca de la preocupación de algunas personas sobre la orientación sexual de los maestros y profesores escolares. Aquí van mis comentarios:

Cuando la gente se asusta de que sus hijos sean educados por profesores o maestros homosexuales lo que te dejan ver es que no tienen mucho conocimiento sobre el tema. Esto se puede arreglar con algo de información veraz. En primer lugar me pregunto ¿cómo te aseguras de si alguien es homosexual a menos que tengas interacción sexual genital con esa persona, sean del mismo sexo y te parezca que lo disfruta? Tal vez ni así estarías seguro(a). Debemos tener mucho cuidado con lo que entendemos como homosexualidad. Tal vez lo que preocupa a muchos padres es que sus hijos sean educados por personas con una expresión de género (manerismos) distintos a los esperados tradicionalmente. Esas personas no son necesariamente homosexuales.

Pero supongamos que lo que preocupa es realmente la homosexualidad del maestro o profesor. Entre las preocupaciones que me han comentado sobre eso siempre sobresalen dos:

1- Que los muchachos se conviertan en gays porque sus profesores lo son. Como si ser homosexual se contagiara o algo parecido. Esto implica tal vez ver la homosexualidad como una enfermedad o, al menos, como una condición indeseable.

2- Que los maestros gays quieran tener relaciones sexuales con los estudiantes. Esto implica una confusión entre homosexualidad y paidofilia. Es muy importante aclararlo, ser homosexual no significa que te gusten los menores de edad, sino que te gusta la gente de tu mismo sexo. Cuando a alguien le gustan los niños eso se llama «paidofilia» y eso SÍ es considerado una PSICOPATOLOGÍA y está clasificada entre las «parafilias» (o gustos raros) que afectan negativamente a uno o más de los participantes de la relación sexual y es independiente de la orientación sexual. Además de que su práctica es ilegal (y debe serlo).

Creo que recibir clases de un(a) profesor(a) homosexual no afectaría a los jóvenes más negativamente de lo que los afecta recibir clases de alguien heterosexual. Es más, si el profesor homosexual es alguien muy profesional y hace un buen trabajo, tal vez los muchachos se den cuenta que la orientación sexual no tiene mucho que ver (directamente) con las capacidades laborales o la productividad. Eso les ayudaría a ser más tolerantes y a apreciar más la diversidad (no sólo sexual) que existe entre los seres humanos.

Saludos,