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Quien haya visto nuestro proyecto «Estos Dos Manes» (pueden seguirnos en facebook, instagram y youtube) sabe que mi pareja y yo decidimos compartir un lugar y emprender la aventura de la convivencia. Bueno, lo decidimos hace casi siete años pero nos tomó todo este tiempo encontrar una manera de hacerlo que se ajustara a nuestras posibilidades porque, al no poder contraer matrimonio en nuestro país (el matrimonio entre personas del mismo sexo es prohibido en Panamá al momento de escribir este texto), muchas cosas se complicaban.
Desde que nos mudamos hace unos meses han surgido una serie de situaciones y preguntas referentes al tema de los bienes, el patrimonio, las herencias y demás, ya saben, el tipo de cosas que se resuelven con el matrimonio para parejas heterosexuales. Así que nos tocó contactar a abogados para informarnos sobre las posibilidades que existen para nosotros. Escribo esto justo después de terminar una llamada telefónica con el abogado y frustrarme al confirmar las opciones que tenemos.
Como no quiero aburrirles con palabrería legal solo resumiré las opciones, tomen en cuenta que los opositores al matrimonio igualitario siempre sugieren estas opciones en lugar de aceptar el matrimonio para parejas gays y lésbicas.:

  • Sociedad Anónima: básicamente es de naturaleza comercial, requiere estatutos específicos y te permite regular el tema de los bienes.
  • Fundación de Interés Privado: su objetivo principal no es comercial, da a los fundadores control sobre el patrimonio y protege los bienes de muchas maneras.

Suenan bien ¿Cierto? Falso, paso a explicar por qué:
En ambos casos es necesario pagar una anualidad al estado para poder mantener estas figuras, además de pagar anualmente a un abogado para que sirva como «agente residente» de tu fundación o sociedad. Estas anualidades no son baratas y las parejas heterosexuales no tienen que pasar por este proceso ni pagar estas anualidades para regular el manejo de su patrimonio, es ahí donde radica el trato diferente y desventajoso (discriminatorio) que se le da a parejas del mismo sexo en nuestro país. Pero eso no es todo, porque incluso si decidimos conformar una sociedad anónima o una fundación de interés privado y aguantar el engorro de tener que pagar las anualidades y hacer todo el papeleo adicional necesario para existir, aún así no seríamos reconocidos como una familia de manera legal y esto tiene implicaciones importantes porque ser reconocidos como familia es la única forma de tener acceso a otros derechos que se le reconocen a las parejas heterosexuales y que no tienen que ver con el patrimonio, ya ven que no todo es sobre la casa o las propiedades.
¿Qué pasa si estoy en el hospital y requiero que mi pareja tome decisiones sobre mi salud? ¿Qué pasa con algo tan sencillo como entrar a visitarme? Pues para poder hacer estas cosas nuestra pareja debe ser reconocida como una familia de manera legal, de otra forma no se podría. Así que si muero en un hospital público de este país moriré solo, sin que él pueda entrar a verme. Si suena dramático es porque lo es, sobre todo cuando la situación se presenta y no hay nada que hacer porque quienes escribieron la ley no te tomaron en cuenta cuando lo hicieron.
Si alguno de la pareja es inmigrante las opciones que se presentan tampoco permiten que se apliquen leyes migratorias para que el cónyuge extranjero pueda permanecer en el país y demás porque no son reconocidos legalmente como una familia. Lo mismo pasa en cuanto a la protección contra la violencia doméstica y varias otras situaciones que requieren ser vistos como familia por la ley.
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Al final, la gente «pro-familia» tiene este discurso de querer «proteger a las familias», pero lo que hacen en realidad es oponerse a que un sector de la población (en este caso los homosexuales) puedan formar familias legalmente y eso deja desprotegido a un tipo de familias que se forman todos los días y que no van a dejar de formarse ya que la homosexualidad no va a dejar de existir porque es parte de la diversidad humana, así que bien podríamos acostumbrarnos y hacer un espacio para todos.
Mi pareja y yo seguimos pensando en las opciones, no con menos frustración. Pronto tendremos que tomar una decisión y es terrible cuando ninguna de las opciones resuelve el problema en realidad. ¿Qué harían ustedes? ¿Sabían sobre esto? Déjenme saber, tal vez podamos pensar juntos o, al menos, tomar consciencia de la importancia del matrimonio igualitario.
Que estén bien,
Dr. Alvaro