Mi primera tesis fue en el tema de la creatividad, en ella aprendí sobre el mundo apasionante de la producción humana. Supe cómo diferenciar entre una obra creativa y una obra bizarra, tuve acceso a literatura fascinante sobre la creatividad desde diversas posturas psicológicas y todo habría sido perfecto a no ser por la parte estadística del asunto, lo cual le quitó toda la fluidez y repentinamente hizo que la lectura de la tesis bajara su ritmo para tratar de numerar un fenómeno abstracto. No había nada que yo pudiera hacer, las tesis debían ser cuantitativas como requisito del programa académico que seguía. Pero eso no le quitó valor a mi experiencia.

Ahora bien, mi última tesis, como muchos saben, se trata del análisis del proceso de terapia con varones homosexuales. Esta tesis me gusta mucho más y espero algún día hacer una investigación que combine ambos temas. Por lo pronto solo puedo comentar mis opiniones profesionales respecto de si las personas homosexuales son más creativas que los demás. Ahí voy:

Empecemos por dar una definición aproximada y poco técnica de creatividad y compararla con la definición de su hermana mayor, la inteligencia.

  • Creatividad es la habilidad de resolver problemas de manera adecuada, estéticamente agradable, adaptativa, nueva y diferente.
  • Inteligencia es, por otro lado, la capacidad de resolver problemas de manera correcta.

Notemos que la inteligencia es rígida y siempre tiene una respuesta «correcta», lo demás no se vale. La inteligencia es imposible de medir por sí misma así que lo que medimos los psicólogos es el «comportamiento inteligente» que presupone una determinada capacidad intelectual. Es decir, la inteligencia no se toca, pero se manifiesta a través de la conducta. Si sabes sumar 2 + 2, ordenar figuras en un orden específico para contar una historia que está en pedazos, advertir el patrón en un grupo de piezas desordenadas o decir los significados de palabras progresivamente más inusuales, entonces determinamos que eres más inteligente.

La creatividad, por su parte, es flexible y fluida, los problemas que intenta resolver pueden ser iguales a los de la inteligencia, pero la creatividad permite al ser humano combinar posibilidades opuestas y conciliar ideas diferentes y hasta excluyentes entre sí para hallar una solución nueva y sensorialmente agradable al problema que encara.

Esas dos cualidades humanas se parecen, pero no son iguales. Una de las cosas que comparten es que, para manifestarse, necesitan un elemento común: un problema que resolver.

Una de las cosas en las que difieren estas dos capacidades es en aquello que las alimenta: la inteligencia se obtiene por educación y socialización, a través de conocer lo que está bien y diferenciarlo de lo incorrecto. Hoy en día, si te piden dibujar un árbol, lo más seguro es que lo dibujes parado en la tierra, pintes el tronco color café y las hojas verdes. Por otro lado, la creatividad se alimenta de la capacidad de estar en contacto con lo que uno siente y eso no se aprende en la educación formal, sino en las relaciones saludables tempranas o en un proceso terapéutico bien llevado, por lo pronto no conoce límites estrictos y se permite «pensar distinto». Un niño pequeño (típicamente libres de límites estrictos) puede dibujar un árbol en las nubes o bien pintar sus hojas color azul y su tronco color púrpura con manchas amarillas.

Esto fue lo básico de creatividad. En la próxima entrada comentaré más de lleno sobre el tema de la orientación sexual y la capacidad creativa.