Estoy impresionado con cuánta gente homosexual ha aparecido frente a mí y me ha traído su historia de una u otra forma en los últimos ocho años. Además, desde que inicié mi investigación en el 2005, ese número se ha incrementado considerablemente y, a ratos, me pareciera que no hay otra gente en el mundo. Por supuesto que la gente heterosexual también existe, pero me da la impresión de que el mundo homo y bisexual ya no es un programa corriendo en el fondo o, al menos, no tanto como antes… al menos no para mí.

Un amigo me decía un chiste hace un par de meses.

– Mira Alvaro, las tres mentiras de los gays son: «Mi mamá no lo sabe», «No se me nota» y «Nunca lo he hecho».

Luego de echarme a reír por su comentario y recordar las cuatro mil veces que he escuchado a gente gay decir alguna de esas cosas, pensé en los otro cuatro mil que no lo han dicho pero para quienes estas cosas sí se cumplen.

Sí, pareciera que existen madres y padres de familia ciegos a la realidad diversa de sus hijos, también existe gente gay de quienes no te imaginarías que están dedicados al amor entre iguales y, por último, hay gente gay que «no ha hecho» nada sexual.

A riesgo de quitarle el chiste a la broma de mi amigo (con la cual reí mucho) solo quiero dejar el recordatorio para ustedes, visitantes de esta página, sobre las realidades distintas de todos nosotros y cómo, aunque todos podemos pasar cosas comunes en la vida, también existen muchas cosas que nos diferencian a unos de otros y es importante mirar a la distancia y analizar con pinzas el estereotipo.

Mi posición es privilegiada, al conocer realidades muy íntimas, dolorosas o alegres de tanta gente distinta. Aunque no puedo contar nada de lo que escucho a diario, les aseguro que eso de la «diversidad» tiene más significado para mí hoy en día que cuando inicié este camino.