En dos semanas será la marcha de Gay Pride Panamá 2011 y me han invitado a ir. En años anteriores nunca participé y siempre dije que no me siento representado. Quien me conoce sabe que no soy de la lentejuela o el tacón y confieso que aún me molesta en sobremanera que exista el estereotipo y que el mismo sea alimentado incluso por la misma comunidad, lo cual siempre pasa en este tipo de marchas, así que siempre decidí no ir. Pero este año me siento un poco diferente respecto a mi asistencia a la actividad.
Agustín Clement y César Pereira, dos hombres a quienes admiro y con quienes es un placer sentarse a charlar han hecho interesantes comentarios respecto a esta actividad. Además de ser los abanderados de este año (lugar muy merecido) están haciendo buena difusión desde las redes sociales, y es allí donde cruzamos algunos comentarios que me hicieron pensar.
Es difícil explicar el proceso de darse cuenta o de cambiar un pensamiento o una percepción, aquello sucede en la mente de uno y describirlo sirve poco para representar ese momento de «¡Ajá!» que se tiene cuando uno tiene lo que en psicoanálisis clásico se llamaba insight.
He estado pensando en lo diferente que somos unos de otros, no en vano somos una «comunidad diversa», esta idea de diversidad ha ido madurando en mi mente con los años. Algunos eventos han ido pasando y he ido descubriendo cosas, de mí mismo y de los demás.
En los últimos dos años he tenido la oportunidad de observar a grupos de la comunidad diversa con quienes no estaba acostumbrado a convivir, he podido escuchar sus inquietudes y percibir sus realidades de manera social. Lo que encontré me ha sorprendido y me ha enseñado tanto sobre ellos que he aprendido mucho más sobre mí mismo, porque conociendo al otro y nuestra resonancia con él es que nos vemos a nosotros mismos. Y así me sucedió.
Pero en los eventos recientes Agustín dijo algo sobre cómo él no es el gay de gimnasio en respuesta a mi queja sobre no estar representado en la marcha. Luego tuve algún intercambio con un forista en los comentarios bajo el artículo de La Estrella de Panamá Online sobre el beso de Valentina y su pareja frente a la catedral, tomé mucho tiempo para debatir su punto de vista, que estaba siempre sostenido por sus creencias religiosas y que agredía a la gente homosexual gracias a un problema conceptual básico imposible de superar dada su versión del cristianismo. Luego sucedió una tercera cosa, fui a ver la obra de teatro «Mi hijo varón» del escritor y director Pablo Salas, en donde presentaron la historia de un chico rechazado por su padre por tener gustos que no iban de acuerdo a los tradicionalmente masculinos, me hizo recordar cómo aún hoy mis gustos no son tradicionalmente masculinos. Después de todo, yo no me emborracho, soy tan afectuoso que me dedico a entender a la gente de manera profesional y a mitad del partido de fútbol en que Panamá le ganó a Estados Unidos hace unos días se me ocurrió preguntar «¿Cuántas carreras van?».
Queda claro que, aunque no me gusten las plumas, no sepa de qué van las lentejuelas ni tenga la menor idea de quiénes son, han sido o serán las reinas del carnaval, tampoco soy tradicionalmente masculino.
Somos todos diferentes. No importa si queremos vernos a nosotros mismos como miembros de una comunidad, creo que ni siquiera nuestra sexualidad es común entre nosotros y creo que tampoco es así entre los heterosexuales. Todos somos distintos, todos somos únicos. La única comunidad a la que pertenecemos es a la comunidad humana. Las marchas de pride no deberían existir, no deberían tener sentido en un mundo ideal. Pero son necesarias en este momento de la historia y tal vez, si no nos sentimos representados, deberíamos ir para representarnos a nosotros mismos, eso podría ayudar a ver lo distintos que somos unos de otros y cómo podemos caminar juntos por una sociedad mejor. Tal vez esa sea la gran lección social que la diversidad sexual puede darle al mundo: colores distintos en una sola bandera.
Un abrazo,
EXCELENTE COMENTARIO
OMEGA
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EXCELENTE COMENTARIO
OMEGA
http://www.scientificamerican.com/blog/post.cfm?id=why-im-not-proud-of-being-gay-2011-06-06
Excelente tema. Me encantó la precisión y pertinencia, porque en verdad es incuestionable que la mejor manera de conocernos y entendernos es hacerlo primero con los demás… por cierto, una regla de oro, fomentada a lo largo de los siglos por las más cimeras figuras de la espiritualidad humana.
Gracias por brindarnos, una vez más, temas y enfoques que despiertan en nosotros la inquietud del auto examen sincero y honesto, que tanta falta nos hace.
Leia esto porque la verdad no siento que haya nada por que estar orgulloso… todo este alboroto del «pride» me parece absurdo. Orgullo gay?… orgullo de qué, la vida hedonista, promiscua, superficial, inmadura… Alvaro hablas sobre las lentejuelas y los tacoes como un estereotipo… es que usted no se ha visto?… llena muy bien otro estereotipo… es solo cuestión de a que estereotipo quiere pertenecer… pero es la misma cosa… Me incomoda en gran medida que los psicologos (as) esten siendo protagonistas de tanto escándalo… hablando de representaciones NO siento que representen bien la profesión…
Orgullo gay… no es mas que otra excusa para los excesos, la histeria y el histrionismo colectivo sin hablar de las fiestas en clubes de tercera…
No cabe la menor duda de que el artículo en mención tiene una alta elaboración de niveles escolásticos avanzados; no obstante la apologética presentada para la admisión de condiciones anómalas a la naturaleza humana,excusan la degradación deteriorante de la misma. Esas condiciones han existido a traves de la historia humana para una demostración de que los efectos nocivos son mayores que las virtudes que se quieren elevar a lo normal.Grandes socidades e imperios han sucumbido por su efecto. No es de extrañar que una «disciplina» de caráter científo prácticamente moderna, haya iniciado con un individuo de suficiente categoria e influencia escolástica, y práctica en lo personal, con su círculo cerrado de adherentes escogídos para su discipulado y promoción hasta los efectos de nivel global, como lo fuera el Dr. S. Freud y los subsecuentes hasta nuestros dias.El ser Gay, no tiene absolutamente nada de que sentir orgullo ante los ojos de la humanidad.Su condición es inadmisible desde los tiempos Eternos; por lo contrario, les debiera hacer personas humildes y desinteresadas en orgullo alguno, tanto por su condición desventajada en la naturaleza humana, por sus traumas consecuentes,en lo personal y de afección sociológica.Son deudores a la humanidad,y si algo pudieran hacer por ella, en silente beneficio les reestablece, no solo su salud mental conmiserativa,sinó que les otorga el nivel adecuado de una humanidad agradecida y orgullosa de recibirles por lo que han sido evaluados por la misma.El orgullo vendría a ellos departe de la humanidad.Esto no debe ser confució de lentejuelas,ni reinados de «rag queens», todo vá más profundo que el espíritu interior.
Hola visitantes.
Sam! muchas gracias por el artículo, lo leí y me pareció excelente. Concuerdo en todo y me ha echado una mano en categorizar lo del orgullo. Invito a todos a que lo lean.
Omega y Gabriela: gracias, qué bueno que les haya gustado el post.
Al primer anónimo: Lamento tus palabras porque me dejan ver que no has comprendido a profundidad lo que significa ser homosexual. Sí es cierto que muchos van de la vida hedonista, irresponsable y protagonistas del escándalo, los excesos y las fiestas en clubes de tercera. Pero muchos heterosexuales también, así que aquellas cosas no tienen nada que ver con la orientación sexual. Por otro lado, si yo lleno otro estereotipo pues me parece adecuado, al final del día todos llenamos alguno (aunque no sé específicamente a cuál te refieres) y por eso sí fui a la manifestación, porque no me sentí representado en años anteriores y este año tuve dos opciones, quedarme en casa y quejarme o ir y representarme a mí mismo.
Al otro Anónimo: Vaya, cuanta palabra rebuscada en ese último comentario. Vamos Anónimo, que en psicología 101 se aprende que tanta palabrería intenta hacerte aparecer como alguien que sabe más de lo que realmente sabe. Ya que sabes tanto de Freud, te reirás al recordar que él diría algo como que tienes un falo pequeño (tranquilo, que nos referimos a tu autoestima… es simbólico, no concreto. Pero seguro alguien de tu nivel intelectual y que maneja tanta palabra rimbombante para decir nada, ya sabe eso).
Bueno, ya luego de mi respuesta con igual agresión (que te la buscaste, eh? no digas que no). Es importante que leas cosas como el artículo que publicó sam un par de comentarios antes de ti. Es muy bueno y trata sobre el tema del orgullo. Además, evidentemente te incomoda tanto el tema de la homosexualidad que te invito a que leas un poco más al respecto, pero fuentes buenas, lee ciencia no propaganda religiosa ni conjeturas de gente sesgada. Luego, como dice mi cuñada, «me echas un cuento».
Ves que uno puede hablar muy coloquialmente e igual explicar su punto? No hay necesidad de máscaras, tal vez puedas aprender eso de la gente sexualmente diversa, están peleando para que nadie (incluso tú) tenga que enmascararse nunca más.
Saludos,
Excelente Blog !
Felicitaciones desde Buenos Aires, Argentina.