Todos tenemos nuestros gustos raros por cosas innecesarias pero significativas para nosotros. Alguien por allí usará un teléfono celular que signifique para él que es mejor persona o algo así. Otros gustarán de comer fuera y conocer la gastronomía de diferentes lugares. A otras personas les gustan las revistas de historietas, mientras que unos más no pueden vivir sin hacer deporte, visitar o escribir un blog (ehjmm…!) o leer un buen libro.
Algunas de estas peculiaridades humanas pueden ser muy sanas y otras no, pero todas son significativas para quien las realiza y, al final, todas son parte de la experiencia de ser gente.

Pero cuando alguno de los intereses modernos nubla nuestro criterio o toma un lugar que no le corresponde, estamos frente a un problema. Paso a explicar la razón de esta entrada.

Para quienes no lo sepan (imagino que solamente las personas fuera de Panamá no lo sabrán) Panamá está en año de elecciones y, de hecho, en poco más de una semana elegiremos a quienes gobernarán nuestro pequeño, pero rico, pedazo de tierra durante los próximos años. Dado que las elecciones se encuentran tan cerca, nos encontramos en la época de cierres de campaña y el bombardeo mediático es más intenso que en cualquier punto de los pasados dieciocho meses (porque las campañas empezaron hace mucho tiempo). Desde la televisión y la radio, hasta el facebook y las paradas de buses están llenos de propaganda política.

Anoche leí un artículo en el facebook sobre cómo uno de los candidatos había hecho una «metida de pata» frente a un grupo de estudiantes (es un articulo viejo que volvieron a publicar dado el momento que se vive) y, a partir de esto, le acusaban de «Bipolar» y acababan desinformando sobre la bipolaridad y lo que significa, hasta insultar a la gente bipolar que está allá afuera y cerrar el artículo citando las «sagradas escrituras» (noten las comillas) para asegurar que la enfermedad mental venía del demonio.

En otros eventos, también anoche pasaron por televisión algo que llamaron «Cabildo abierto» en que se reunió la gente que apoya a la principal opositora del candidato que mencionamos anteriormente. El programa de televisión incluía a artistas nacionales bailando y cantando para animar al pueblo y elogiar a la candidata, además de segmentos como «la ambulancia de la moda» en que un especialista comentaba cómo debía vestirse la candidata y qué color de cabello debía llevar para verse mejor.

Tuve flashbacks en varias ocasiones y me sentí como quien está viendo el canal de telvisión «E!», donde lo importante es la ropa que usa la Paris Hilton y no que el planeta se esté calentando cada vez más. Y solo para dejarlo claro, la cadena E! no está dedicada a temas demasiado serios sino a entretenimiento, chismes de la farándula y cosas similares. Eso lo tenemos claro, así que uno no esperaría sintonizar ese canal y encontrar un reportaje serio sobre un tema profundo que nos afecte a todos. En ese sentido, E! está bien, porque entrega lo que promete.

Pero uno esperaría leer un artículo sobre política o bien ver un programa televisivo sobre candidatos presidenciales que se enfocara en cosas más importantes que el color de pelo de la candidata o las «sagradas escrituras». Si a esto hemos llegado, si la gente se enfoca en cosas como la desinformación sobre la bipolaridad o la ambulancia de la moda, estamos en serios problemas. Y quiero aclarar que yo no estoy con ningún candidato o candidata. Hasta el día de hoy no he visto mucho que valga la pena de ninguna campaña e imagino que mi situación es la misma de muchos panameños. En este momento, solo he querido señalar, que durante este año y medio los medios han prestado su poder (su inmenso poder) para campañas sucias que solo generan más dinero para ellos (los medios) y más distracción para un pueblo que sigue necesitando respuestas a problemas muy viejos.

Veamos cómo nos va porque hoy, es un día muy triste.