Sí, en resumen, es necesaria y es muy importante.  Esa es la conclusión pero, si quieren saber más, sigan leyendo.

Sucede que en nuestra esquina del mundo (Panamá) están discutiendo un Proyecto de Salud Sexual y Reproductiva «con perspectiva de género» y todo lo que eso implica.  La iglesia y muchos quienes piensan que papá dios es un viejito vestido de blanco y sentado en una nube con un triángulo en la cabeza se han levantado contra el proyecto.

Esta vez (que es la enésima vez que se discute) no he revisado el proyecto a profundidad, pero si es lejanamente similar al anterior, no creo que haya mayor problema con implementarlo siempre y cuando se implemente de la forma adecuada (no «a la carrera», como se hizo con la inclusión de niños con necesidades especiales en centros escolares estándar sin entrenar a los maestros adecuadamente).

De cualquier forma, otra vez vuelve la pelea y es interesante cómo los argumentos de los detractores (bueno, los más escandalosos entre los detractores) siempre incluyen palabras como «religión», «buenas costumbres» o alguna de esas que me hacen sentir que estoy tratando de comer en una cena de gala con 15 cuchillos a la derecha y 48 tenedores a la izquierda, vestido de pingüino, con cara de poker y un candelabro sobre mi cabeza. 

La información, bien entregada y empleada, es importante porque puede salvar las vidas de las generaciones futuras y, además, mejorar la calidad de esas vidas.

Por mi parte prometo revisar el proyecto una vez más.  Si varío mi opinión en alguna medida se los haré saber.  Ustedes revisen también y hagamos un tenis de opiniones, ¿vale?