Nota: Esta es la tercera y última entrega de una serie. Saludos y un abrazo. – Dr. Álvaro

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Un punto de vista positivo:

Ahora bien, veamos esta falta de reflejo y de información sobre nuestra sexualidad desde otro punto de vista. Tal vez sea algo positivo, tal vez, como todos los problemas existentes, lleva consigo una oportunidad para ser creativo.

El hombre diverso, con su problema persistente de falta de definición tradicional, lleva consigo la oportunidad, casi sin precedentes, de definirse a sí mismo. Pero, para eso, debe primero deshacerse de todas las definiciones inadecuadas que ha recibido y hecho suyas de manera automática a lo largo de su vida. Esta no es, en ninguna medida, una tarea fácil o corta, sino un proceso que se reactiva a medida que se avanza por las diferentes etapas de la vida. Así, cada vez que los amigos tienen parejas heterosexuales, el joven diverso debe encontrar la forma de reconciliar su pertenencia al grupo con su diferencia sentida. Al mismo tiempo, cuando los amigos heterosexuales se casan, el hombre diverso debe hacer las pases con que, tal vez (y esperamos que solo por ahora) el matrimonio con alguien a quien se sienta sexualmente atraído y afectivamente ligado no sea una posibilidad para él. Cuando las demás personas de su edad empiezan a tener hijos y a formar familias, el hombre diverso debe encontrar su lugar en la realidad de la parentalidad ¿Deberá ser padre o conformarse con ser hijo o tío para siempre? De elegir ser padre ¿Qué forma empleará para serlo y cómo articulará su parentalidad con su naturaleza diversa? Al envejecer ¿Se encontrará solo? ¿Habrá logrado formar una pareja y una familia que perdure a lo largo de la vida o aún estará tratando de encontrarse a sí mismo en los hombres diversos más jóvenes? ¿Habrá podido admitir, aceptar e integrar para sí mismo su «diversidad» o habrá vivido una vida tradicionalmente heterosexual a costa de frustraciones o deslices?

En cada fase de la vida, el proceso de definición se reactiva para todos los hombres, pero para los hombres diversos los ajustes y el cuestionamiento son mayores porque, nuevamente, carecen de instrucciones sobre cómo llevar su vida en esa nueva etapa. Pero también cuentan con la oportunidad de decidir, libre de todo convencionalismo, cómo llevarla, porque el conocido ciclo vital fue realizado en base a la vida heterosexual tradicional. Las etapas del desarrollo psicosexual propuestas por el psicoanálisis original tampoco contemplan a quienes son «distintos». Las grandes teorías psicológicas sobre el desarrollo sexual normal no nos incluyen aún. Pero podemos decidir vivir esa exclusión con autocompasión, haciendo un despliegue agresivo o tomar la oportunidad para producir nuestras propias teorías y abordajes, proporcionando conocimiento nuevo, de primera mano, sobre cómo es nuestro desarrollo.

Es importante considerar el aporte de Castañeda, quien indica que la identidad homosexual implica más bien una integración de cuatro elementos: deseos, actos, sentimientos y conciencia que culminan en un acto de autodefinición. Sólo al momento en que estén presentes los cuatro elementos y se encuentren integrados entre sí, podría hablarse de una identidad homosexual como tal. Sin embargo, estos elementos no se suceden en una progresión específica, no poseen un orden establecido de aparición y la misma puede variar según el individuo, así como aparecer cada uno en etapas de vida totalmente diferentes (Castañeda, 1999).

En resumen, pensémoslo de esta forma: pareciera que el hombre diverso se encuentra en una carrera incansable para definirse a sí mismo, un vacío de identidad que lo llena de ansiedad y, para calmar la ansiedad, no hay nada como establecer categorías o pensar en términos concretos, no abstractos. Así que como individuos acabamos diciendo «Soy gay» o «Soy Hetero» o «Soy bisexual» o «Soy curioso» o «Soy activo» o «pasivo» o «versátil», etc. Y sí, tal vez todas esas categorías y denominaciones sirvan al hombre diverso en algunos espacios o en algún momento de su desarrollo, pero en última instancia, tal vez la comunidad diversa se dirija hacia la aceptación y la integración de su propia ambigüedad, de su propia naturaleza distinta, no solo distinta de la comunidad heterosexual, sino distinta dentro de sí misma.

Un hombre diverso es un hombre, sin necesidad de mayores aditivos. Hacia encontrar esa verdad nos dirigimos como comunidad, ojalá pronto lleguemos allí. ¿Cuál es el origen? ¿Cómo se construye la identidad diversa? Pues se construye todos los días y el origen está dentro de nosotros mismos, cada generación de hombres y mujeres diversos ha pavimentado el camino para quienes vienen detrás, cada uno ha explorado formas de ser y ha ido buscando su propia manera de expresión y de vivir su sexualidad. Algunos más sanos que otros, muchos dando traspiés o tumbos de vez en cuando, pero todos con el gran objetivo de encontrarnos a nosotros mismos en términos sexuales, ya no solo como individuos, sino como comunidad.

Dr. Álvaro Gómez Prado

Psicólogo Clínico y Psicoterapeuta

Panamá