Es común que el adicto sexual busque aumentar la frecuencia de su actividad sexual (aunque sienta que debe detenerse) o bien busque incrementar la intensidad de sus experiencias sexuales.
Sucede que una pregunta común es si algunas prácticas sexuales específicas son indicadores de adicción sexual. La respuesta sencilla es “no, no existen prácticas sexuales específicas que sean exclusivas de la adicción sexual”, pero veamos esa pregunta de forma un poco más compleja.
Las prácticas sexuales son, como bien saben, todo comportamiento sexual, que va desde caricias y diversas formas de masturbación (en solitario o no) pasando por distintas formas de penetración o juegos sexuales hasta “parafilias” (prácticas sexuales poco comunes que producen consecuencias negativas importantes en términos de salud física, mental y/o legal y que se convierten en necesarias para obtener excitación).
Nota: Algunas de estas parafilias pueden ser tener sexo con menores de edad (Paidofilia), prácticas sexuales que incluyen violencia o abuso sexual a otros o a sí mismo que sea real, no imaginado (sadismo o masoquismo sexual), prácticas que colocan en riesgo directo de ITS (penetración anal o vaginal o bien sexo oral sin preservativos o intercambio de fluidos corporales), o prácticas como el voyeurismo o exhibicionismo, que pueden colocar al sujeto en riesgo de ser arrestado.
De la misma forma en que es común que los adictos a las drogas tengan una o más “drogas de elección” y, por lo tanto, elijan siempre consumir las mismas (con variaciones esporádicas), para los adictos al sexo, su “droga de elección” es el sexo mismo. Así que las prácticas pueden variar considerablemente.
Además, cabe resaltar que todos tenemos prácticas sexuales de elección (a todos nos gusta hacer unas cosas más que otras) así que, nuevamente, las prácticas sexuales en sí mismas NO son lo que determina la adicción, sino la forma compulsiva en que se pueden realizar, los procesos de disociación (olvido de consecuencias negativas previas, búsqueda de la sexualidad “en automático”, etc.) y algunas otras características.
Así que no importa si mantienes una sexualidad frecuente con tu pareja, si no eres fanático de la monogamia, si te gusta masturbarte usando pornografía, si te excita tener sexo en lugares públicos o si has tenido un par de encuentros casuales de una noche. Eso NO te hace un adicto, necesitas algunos criterios más pero, por favor, en la medida de lo posible, trata de no conseguirlos.
Saludos,
Buenas noches, una pregunta, ¿ existe una diferencia entre un agresor sexual y un adicto sexual?
Hola,
Un adicto al sexo puede llegar a ser un agresor sexual, pero no siempre es el caso. Al mismo tiempo, un agresor sexual no necesariamente es adicto al sexo, por ejemplo, hay personas que cometen abuso sexual hacia otras personas pero no son adictos al sexo y algunos de ellos estarían más cerca del sadismo sexual (placer al forzarse sexualmente en otras personas) que de la adicción sexual (incapacidad para detener el comportamiento sexual a pesar de los daños causados a sí mismo y a pesar de los deseos de detenerse).
Si tienes alguna pregunta más específica puedes enviarme un e-mail a la dirección que aparece en la página.
Saludos.