¿Han notado que siempre escribimos sobre la orientación sexual y hemos dejado un poco de lado las demás partes de la Identidad Sexual?

Usemos este post para hacer una transición hacia otro de los componentes, sin dejar de lado el de la orientación sexual. Hablemos de las prácticas sexuales ligadas a la orientación y pongamos como ejemplo la pregunta de los 500 mil dólares (porque la del millón de dólares es «¿será gay?»).

En efecto, la pregunta del medio millón no es más que cualquier variante del título de este post:

«¿Eres activo, pasivo o versátil?» o bien «¿Será activo, pasivo o versátil?» o hasta alguna versión vulgar, como la que dijo el policía corrupto aquel cuando asaltó a mis amigos: «¿quién se monta a quién?».

Muchachos, hablaba yo con alguien hace unos días sobre cómo algunas prácticas sexuales – como la penetración – están sobrevaloradas. No me malentiendan, comprendo que la penetración puede ser uno de los actos más placenteros para muchos y eso no tiene nada de malo. Pero la experiencia de placer tiene mucho que ver con lo que significa para nosotros – a nivel psicológico – una práctica sexual u otra.

Pienso que ser homosexual es, de alguna manera, el ejemplo último de que la sexualidad no está destinada únicamente a la reproducción. Esa realidad abre la puerta a un universo interminable de posibilidades. La sexualidad cumple tantos papeles como gente haya en el mundo, además varía su objetivo en etapas distintas de vida y dependiendo de otros factores psicológicos, como los rasgos de personalidad, intelecto, manejo de la frustración, etcétera.

Así, un hombre puede usar su sexualidad para comunicar cariño (cuando está enamorado o simplemente quiere a su pareja), pero también puede emplearla como forma de dominación (como cuando acosa sexualmente) o como forma de ataque y destrucción violenta (como cuando viola a otra persona), alguien por ahí podría usarla para conseguir lo que cree son «beneficios» y otro podría incluso involucrarse en actos sexuales peligrosos que repitan un evento traumático de su infancia o adolescencia que no pudo procesar bien, como si cada vez que se expone al trauma buscara una nueva oportunidad de procesarlo adecuadamente.

La sexualidad tiene una flexibilidad sin parangón, y las prácticas sexuales son muchas y muy variadas. Entonces, si vemos la identidad homosexual como una expresión creativa que comunica otras posibilidades y empleos de la sexualidad más allá de la reproducción, si ser homosexual significa ser distinto al mainstream heterosexual y si los gays y bisexuales poseen este punto de vista único entre todos los grupos humanos respecto a la sexualidad de la gente ¿Por qué sus prácticas sexuales deben ser una copia de aquellas que son patrimonio de la heterosexualidad? ¿Por qué es tan importante quién penetra a quién?

Álvaro se tostó esta vez – debe estar pensando algún lector – seguro se peleó con su pareja si es que la tiene y, de paso ¿su pareja será hombre o mujer? ¿Álvaro será Gay? y si lo es ¿Será activo, pasivo o versátil?

Acabamos en lo mismo. Y es interesante, porque a pesar de celebrar la diversidad, mucha gente sigue tratando de encajar (interesante elección de palabras) en una práctica sexual tan vieja como la humanidad, pero tan engrandecida por la gente que ha echado algo de sombra sobre otras que también son muy placenteras (y hasta más, dirían algunos) y que no necesariamente deben ser dejadas fuera del repertorio sexual de hombres y mujeres.

Ok, si eres heterosexual, la penetración es una práctica casi indispensable si quieres tener hijos. Pero la gente gay no se reproduce salvo mediante el empleo de complicados procesos, sus prácticas sexuales podrían pasar enfermedades (como las de los heterosexuales) pero no embarazar. La realidad homosexual no sólo cuestiona el supuesto fin reproductivo de la sexualidad, sino que brinda la oportunidad de mirar las prácticas sexuales heterosexuales con otra luz.

– ¿Será que penetrar o ser penetrado tiene más que ver con la dominación y la división de roles en términos de poder que con la reproducción? ¿Será que si digo «soy activo» es como decir «soy mejor que tú porque a ti te pueden dominan y yo no me dejo»?

Valdría la pena revisarlo. Por eso los homosexuales que se declaran pasivos sufren la peor parte, porque la gente los ve como gente de baja categoría, cuando quizás muchos de ellos sean gente que se vive su sexualidad de manera muy placentera y sin andar tratando de aparentar. Es muy diferente declararse activo porque uno lo sea, que declararse activo sólo para proteger el sentido de masculinidad, eso último significaría que el sujeto tiene alguna inseguridad sobre su propia masculinidad… la misma inseguridad que tienen muchos varones heterosexuales. Fíjense bien que la inseguridad no sería sobre su orientación sexual (si les gustan los hombres o las mujeres) sino sobre su identidad de género (sobre si son hombres o mujeres) lo cual es peor, porque es una inseguridad desastrosa para la forma de ser de un individuo.

Si es así y solemos igualar al que penetra con «el hombre» y al que se deja penetrar con «la mujer», estaríamos más cerca de hallar la base del prejuicio. Ahí estaríamos apuntando más al temor primitivo al cambio de género que les comentaba hace algunas entradas atrás. Tal vez la gente será homofóbica mientras sienta inconscientemente que el hombre puede ser mujer (e inferior) y que la mujer puede ser hombre (o superior). No pierdan de vista la influencia machista que tiene la homofobia con aquello de que la mujer es menos que el hombre. Además, recordemos que aparentemente a los hombres se les da más fácil la homofobia que a las mujeres, tal vez porque son ellos quienes perderían su superioridad si este modelo machista desapareciera.

Sabemos que el cambio de género no es posible, no importa lo que hagas en la cama y, tal vez, el primer paso para erradicar ese miedo en la humanidad sea quitarle tanto peso a las prácticas de dominación y división de poderes, tal vez dándonos a nosotros mismos (homos, heteros, bis y los demás) la oportunidad de explorar otras posibilidades placenteras a la hora de tener intercambio sexual, podríamos estar ayudando a deshacer la homofobia y el machismo que tanto detienen al mundo y, de paso, seguro la pasaríamos bien.