La Soledad y la Condición Humana
Algunas cosas nunca cambian. A pesar de los años, los seres humanos seguimos pasando por las mismas situaciones y es paradógico que todos compartamos los mismos estados afectivos en alguna medida pero que, al mismo tiempo, tardemos tanto en comprendernos unos a otros.
Hace mil años atrás existían corazones rotos, hace quinientos años la gente hacía duelos por sus pérdidas. Lorado Taft (1860-1936) creó en 1914 la escultura “Solitude of the Soul” (la soledad del alma) y la describió diciendo que “[…] es un hecho eterno que sin importar cuanto nos acerquen las circunstancias, siempre seremos extraños”. En los años 70, Karen Carpenter, una de las mejores voces de la historia, cantaba junto a su hermano sobre la soledad y la falta de contacto en una canción titulada “I need to be in love”.
Siempre he pensado que la soledad es inherente a la condición humana, es uno de esos subproductos de haber evolucionado con intelecto y consciencia de nuestra propia existencia. Sin embargo, tal vez dentro de esa soledad todos estamos juntos, porque todos sentimos lo mismo alguna vez.