Existen parejas que tienen muchas cosas en común, desde gustos hasta rasgos de personalidad, formas de enfrentar las situaciones o deseos y expectativas el uno del otro. Existen otras, sin embargo, que no tienen aspectos tan comunes, sino complementarios y aquello está muy bien porque les provee de una gran oportunidad para trabajar como equipo y ver las situaciones que viven desde diferentes puntos de vista, lo cual les permite sacarles el mejor provecho.
Es común encontrarnos actuando como nuestra pareja lo hace. ¿Quién no ha sonreído al sorprenderse a sí mismo actuando como su mejor mitad en alguna situación menor? Pero también es común que nuestras propias inseguridades nos impidan incorporar esos aspectos del otro que sería importante absorber ¿Qué pasa si estas diferencias se mantienen inalterables, si la pareja nunca absorbe algunos rasgos o hábitos de uno y viceversa?
La pareja puede acabar dividiendo los roles entre sí, es decir, uno de ellos será el organizado mientras el otro será el desordenado y olvidadizo. Uno de ellos será el chistoso, mientras el otro sea el serio. Uno de ellos será el pensante y previsor mientras el otro sea el relajado y espontáneo. Y, si es una pareja homosexual se produce un peligro mayor, que dividan los roles como si uno de los miembros fuese «el hombre» y el otro «la mujer».
Estas divisiones son peligrosas porque, si mantenemos esa brecha y vemos cada cualidad como una propiedad o un patrimonio exclusivo de uno de los miembros de la pareja, estaremos negándonos la posibilidad de crecer dentro de esa pareja. Y crecer significa, muchas veces, incorporar algún nivel de esas características del otro sin dejar de ser nosotros mismos. Es decir, en la vida nada es gratis y el chiste de una relación es que formemos vínculos fuertes y, en esos vínculos, uno adquiere cosas (cosas psicológicas, no cosas físicas) como el aprender a lidiar determinadas situaciones de una forma diferente (y más sana) a lo que estábamos acostumbrados.
Lo cierto es que uno aprende con cada pareja y no solo sobre ellos o ellas, sino sobre uno mismo. A veces se aprende que no sabes decir lo que necesitas, a veces que ni siquiera sabes lo que necesitas, en ocasiones nuestras parejas nos muestran un espejo y nos hacen ver nuestros propios excesos, a veces nos muestran que es importante parar de pensar y empezar a tomar acciones, a veces nos enseñan que estamos actuando sin considerar las consecuencias, a veces sencillamente nos ayudan a aceptar las diferencias entre la gente y a saber que les podemos querer a pesar de esas diferencias.
Al final, una pareja sana le da a uno algo de balance en la vida y le toca a uno devolverles el favor.
Hablar de parejas es un poco complicado, sobre todo porque todos somos tan diferentes, lo cual hace que la vida en pareja sea llevadera en unos casos y en otros casos sea un caos. En el blog mencionastes algo muy interesante y es que las parejas se complementan. Aunque en mi opinion eso no se da en todos los casos. Como todo en la vida, las cosas llevan un proceso….. El otro dia escuchaba en la radio sobre como actuan las mujeres y los hombres cuando quieren conseguir el amor de una persona, y tambien hablaban sobre lo que tanto las mujeres y los hombres dejan de hacer una vez que tienen a la persona deseada. Decian los locutores que las mujeres dejaban de arreglarse el pelo, que las uñas de los pies no era del mismo tono que el de las manos, que la ropa interior tampoco coordinaban, entre otras cosas… Lo cual me lleva a pensar que una vez cumplida las metas se pierde el interes.
En el articulo mencionas que una vez en pareja cada uno toma un rol, el rol que tomamos va relacionado al tipo de personalidad que tengamos, y tambien a los factores externos que nos rodea, por ejemplo el desempleo. Si una persona que ya esta acostumbrada a trabajar pierde su trabajo le toca asumir las responsabilidades del hogar hasta que logre encontrar un trabajo.
Por otro lado tenemos que recordar que no todas las parejas se forman por un bien en comun, hay parejas disfuncionales las cuales se forman porque buscan solo un interes personal y no una vida en pareja hasta que la muerte los separe.
Por otro lado hay parejas que se forman en base al miedo, al temor de estar solos, al temor de sentirse indefensos, o simplemente porque temen expresar lo que realmente sienten y prefieren vivir una vida atados a un ser al que no aman.
Para concluir, porque ya me aburri de escribir tanto, dire que somos solo seres humanos con virtudes y defectos, y tratamos de vivir lo mejor que podemos con lo poco que tengamos.