Mi formación analítica (es muy complicado de explicar por esta vía pero estoy seguro que los colegas saben de lo que hablo) me recomienda mantener algún anonimato sobre aspectos varios de mi vida personal. Imaginen el tamaño de este reto siendo un terapeuta que vive en Panamá, donde es casi imposible ir al supermercado (aunque sea miércoles a las 3 de la mañana) sin encontrar a alguien conocido que también tuvo la brillante idea de ir a buscar algo necesario justo a ese supermercado y justo a esa hora.
Alejandro Cantón (un colega mío, retirado, que se dedicó por años a la atención psicológica de hombres homosexuales y demás), hizo un comentario sobre mi blog a un grupo de amigos suyos y, aparentemente la pregunta del millón de dólares no se hizo esperar.
«¿Es gay?» – me cuenta Alejandro que fue la cuestión.
Bueno, preparen su millón de dólares… para ser donado a la beneficencia, porque me veo imposibilitado para contestar directamente, al menos en el internet, por razones que ya expuse (¿ven por qué los psicólogos no somos millonarios?).
Sí comentaré que como tesis doctoral (la cual estoy escribiendo actualmente) trabajé con varones homosexuales en psicoterapia, la experiencia fue muy buena con los pacientes y no tan buena con mis colegas. Aprendí que esta temática te «expone» a ciertas situaciones no muy agradables provenientes de la interacción con algunos(as) colegas psicólogos(as).
«Oye y ¿por qué elegiste ese tema para tu tesis?» – preguntaban todos cuando les contaba sobre el tema que había escogido para convertirme en Doctor. La pregunta, por lo general, se hacía en voz baja e iba seguida de una ligera apertura de ojos y un acercamiento de sus rostros al mío como quien se prepara para recibir una información en secreto.
Yo contestaba sin chistar – «Te lo digo cuando le hagas la misma pregunta y con la misma entonación a los colegas que están haciendo tesis con ‘niñas abusadas‘, ‘temor a la muerte en policías‘ o ‘mujeres maltratadas por su pareja‘ »
Y en el acto regresaban a su postura original.
Nota: no me molesta que la gente me tome como homosexual, heterosexual, bisexual o lo que sea. Pero llaman mi atención algunas risas detrás de una opción o de otra. ¿Saben que uno que otro colega que antes decía que yo era un excelente psicólogo, ahora no me refiere pacientes desde que le conté sobre mi tesis? A veces la gente desecha todo lo que pensaban de alguien cuando el factor sexualidad se hace presente. Sí, la gente tiene problemas con la sexualidad y deberían resolverlos, porque vivirán con ella toda la vida.
Por lo demás, usualmente las personas (pacientes incluidos) me perciben como lo que necesitan percibir en el momento, y está bien. Gente, lo importante no es lo que yo sea, sino lo que ustedes se imaginan. Un abrazo.
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Alvaro, en mi caso, y tal vez por la época en que inicié mi trabajo en el área, la gente tenía muchas dudas, aunque muy pocos preguntaron. Creo que como dices, a la gente le interesa la seriedad y convicción con la cual los atiendes. Lo demás, va con la carga de la profesión. Yo sí viví mucha discriminación,por asociación, pero por parte de colegas, no de pacientes. Y, como mencioné, esto era algo que le preocupaba mucho a Emita, y más cuando llegó el VIH.>Ahora, me sabe a «cake» y, curiosamente, los únicos amigos que me han quedado han sido mis ex-pacientes, con los cuales ya puedo socializar después de haber cumplido el período de más de 12 meses de no atención profesional. Y, créeme, si no hubiera sido por el apoyo de ellos no podría sobrevivir con una salud mental bastante sana. Y, ha sido una lección para mis hijos, que los conocen a todos y les tienen un gran cariño.
Bueno, tu situación no es extraña en el mundo gay (u homosexual, o como deseen llamarle).>Por ese motivo (las incómodas reacciones de tus colegas) muchos prefieren permanecer en el anonimato (clóset), porque nuestra sociedad reacciona de esa manera, es inmadura ante dichos hechos.>Pienso que aquí se antepone la sexualidad ante todo, luego la persona. Sé que no debe ser así, pero la manera que nos han educado presumo que inconscientemente ha sido de esa manera.>No te sientas mal. >No les hagas caso.>Sigue con tus planes adelante, que luego de un buen tiempo, se les olvidará eso a muchos.>Y si deseas mayor guía en este asunto, te recomiendo sinceramente que hables con el Dr. Cantón, que tiene muchísima experiencia en la situación que estás experimentando, especialmente ya que él decidió tomar este tema en un momento en que la sociedad era mucho más cerrada y machista que ahora. Cualquier orientación en este sentido te puede ayudar a evitar sentirte solo en este noble camino que has deseado iniciar.>>Saludos.
Te agradezco tu recomendación y tu visita G10, el contacto con el Doc. Cantón es valioso. Por lo que dicen mis colegas, no hay mucho que hacer, en alguna forma yo sabía en lo que me metía, tampoco estaba tan ciego. También es importante decir que las reacciones que produzca en el gremio mi trabajo con la comunidad homosexual me permiten estudiar y comprender más de cerca al «mainstream» de la sociedad. No me acobardo con eso, sino trato de comprender el fenómeno. Es lo que hace un psicólogo clínico bien entrenado. Es bueno saber que gente del otro lado del monitor piensa similar a mí. Salud a todos y ojalá este blog ayude a hacer intercambio de ideas y saber que no estamos solos en esto.>>Alejandro: poco a poco a mí también me va «sabiendo a cake», aunque imagino que es distinto para alguien que trata de tomar la antorcha vs. alguien que se retira luego de 40 años de trabajo. Tranquilos muchachos, hay Alvaro pa’rato todavía.
Alvaro, yo creo que siempre hay que recordar que «la discriminación comienza por el discriminado.» Yo siempre mantuve la cabeza bien en alto. Y, lo más cómico es que esto tenía que aplicarlo más aún cuando iba a conferencias internacionales sobre VIH/SIDA, donde por no declararme homosexual era minoría. >Lo importante es que sí logré el respeto de todos mis colegas, aunque en algunos casos a regañadientes.
Alvaro, en cuanto a la encuesta, yo le añadiría otra variable:>«No me interesa conocer la orientación sexual del terapeuta.»
Gracias alejandro, creo tienes razón. Vamos a incluir esa opción en otra encuesta tipo «me interesa vs. no me interesa» que tal vez debió ser previa a esta. Como ya eché a andar esta mejor no le pongo otra opción. De paso, algo está pasando con las encuestas, se caen a cada rato. Disculpa a todos por eso, espero que sigan funcionando.
Alvaro:>Veo que cambiaste la encuesta. Tengo la impresión de que será ´más representativa. Aunque, como todas las encuestas ésta tiene el sesgo de las personas que entramos a internet, educación etc. Y, creo que son las que buscan ayuda privada más que estatal, como el Seguro Social, por ejemplo. En todo caso, es interesante.
en algunas profesiones libres como la mía, medicina, a veces el ser gay tiene sus ventajas… por ejemplo, las pacientes se sienten más cómodas contigo. Lo que si es difícil es captar el respeto de los colegas como en todas las demás profesiones que fueron dominadas por hombres en sus inicios. Pero debo reconocer que ser médico y gay, además que me parece que está de moda (por la cantidad de médicos gay que conozco y descubro cada día,jejeje); no es tan difícil, fuera de un par de comentarios a tus espaldas el respeto depende más bien de tus conocimientos, trato al paciente y darse a respetar.
La gente gay se visibiliza más cada día, eso puede ser lo que hace que conozcas más médicos gays cada día. No estaría yo seguro de si ahora hay más gente homosexual que antes o sencillamente ahora es más visible por ser más «aceptado». Mucha gente dice que una u otra opción es la real, yo pienso que deberíamos idear un estudio serio al respecto. Creo que sería útil o, al menos, satisfaría mi curiosidad científica.>>¡Ah! hay tanto que hacer y tan poco tiempo.