Hola muchachos, no pensaba publicar nada hasta el fin de semana pero un lector del blog me ha enviado su historia y me ha pedido que la publique. Sus palabras en el e-mail decían: «allí te dejo esta historia que una vez te comenté… para que crees controversia en tu blog«. A continuación publico la historia de manera textual y espero sus comentarios.
«Estigmatizado
El tema espiritual y religioso en mi vida ha sido importante, por nacer dentro de una familia católica donde mis padres viven cada día teniendo fe en Dios y confiando plenamente en El, el contexto religioso donde nací era de la generación “x” como se menciona en otro de los temas de este blog, Al descubrir mi homosexualidad tardía alrededor de 26 años, me sentía muy mal cuando me atraía otra persona de mi mismo sexo y mucho peor cuando estuve relaciones con una, un sentimiento de suciedad, de impureza, siendo mi cuerpo templo, que es como veía el mismo en ese tiempo, iba a misa los domingos sin poder comulgar, y el peso de la culpa era enorme, tristeza y molestia conmigo mismo, por no ser más fuerte y dejarme arrastrar por la corriente del placer o mis instintos, me sentía marcado. Un día me confieso con un sacerdote y le hablo claro de mi homosexualidad, sin mayor temor, y este sabio hombre de canas grises me dice con voz calmada, Hijo, no te sientas mal por lo que te pasa, Dios nos ama a todos por igual, ten eso presente, no te sientas estigmatizado por experimentar lo que vives, el peso de la cruz muchas veces es fuerte, pero esta misma cruz puede ser tu forma de redimirte, saber llevarla a cuestas.
No escribo esto para que crean o se conviertan ni nada por el estilo, Yo soy creyente no un fanático, pero he aprendido algo a saber ver las cosas en perspectiva, con mente amplia y reflexionando siempre, esto me ayudó mucho. No dejarse encerrar por un cánon como lo hace muchas veces las religiones, lo medular en este tema es que sepas quien eres en realidad y hacia donde vas, no tengo por qué sentirme marcado por ser como soy, es lo más importante, esto es algo que no podré cambiar, hay que aprender a vivir como eres y ser Feliz en la vida, no sumido en tristeza y pensando que saliste defectuoso o rechazado por el resto de los laicos como yo le digo a los que no son del «Team» como muchas veces menciona el Alvaro en sus comentarios al referirse a los gays.
Saludos.
Croixdam»
Esa fue la historia, a ver qué opinan los demás. Los temas como las creencias religiosas, la fe, el concepto de Dios que tenga cada uno suelen ser importantes en el proceso de descubrir, aceptar, comunicar y vivirse la propia orientación sexual. Es difícil para los homosexuales pero también para varios heterosexuales (sí, hombres y mujeres). Vamos gente! me encantaría y sé que a Coixdam también, escuchar sus comentarios a esta historia ¿le ha sucedido esto a alguien? ¿tienen alguna historia similar? Déjennos saber.
Saludos,
Nota: También voy a pasar la historia de Master a entrada principal, creo que su historia podría beneficiar a otros también y ahora mismo solo está en el espacio de comentarios de la entrada sobre ambisexualidad.
Pertenecer a un grupo religioso, o no pertenecer forma parte del entorno dentro del cual todos nos desenvolvemos. Lo importante es aprender a aceptarse y navegar con la cabeza en alto. Muchas personas necesitan ayuda para aprender a hacerlo. Pero, como dice Croixdam, se siente bien al final.>Felicitaciones
Yo soy un hombre profesional de 28 años con una buena carrera y un buen salario. En el camino que he llevado para llegar a donde estoy me he encontrado situaciones muy difíciles y otras no tanto, igual que cualquier mortal. Yo si creo en Dios, pues en todos los momentos difíciles él ha escuchado mis plegarias y siempre he salido airoso o de la mejor manera posible; tomando en cuenta que además Dios me bendijo de muchas formas al nacer.>Cuando en mi casa se enteraron de mi preferencias sexuales una de las cosas que argumentó mi mamá fue que yo estaba contra Dios, y ese fue el momento en el que hablé y le dije, «no, eso no es así, es más él siempre ha estado conmigo cuando yo he pedido»>Nunca me he sentido culpable por lo que soy o siento, y sé que Dios no me culpa tampoco.