Hablemos de diversidad religiosa. Recientemente un amigo a quien aprecio mucho y que es creyente (cree en la existencia de un dios desde la perspectiva del cristianismo) publicó un estatus de facebook en el cual hablaba de la voluntad de dios y de cómo ésta siempre se cumple. Sus palabras trajeron a mi mente una cuestión que nadie (al menos no algún creyente) ha sabido responderme y la traigo aquí para ver si alguien quiere comentar.
Mi pregunta es referente a cómo cohabitan en un mismo sistema de creencias la idea de un «plan divino» y el concepto de «libre albedrío«. Es decir, si existe un plan divino que siempre se cumple, ¿Cómo se articula el concepto del libre albedrío con el mismo? ¿Qué tipo de cobertura tiene dicho plan? En varias ocasiones he escuchado a cristianos decir que «ni una hoja de los árboles se mueve si no es por la voluntad de dios» y, aunque no he encontrado un versículo bíblico que diga eso textualmente, el hecho de que esto sea una dicho común habla de la manera de entender la realidad o la voluntad de dios. 
Recuerdo que Jorge Luis Borges escribió una vez sobre Judas (ya saben, el personaje bíblico que vende al mesías al imperio romano por unas cuantas monedas y luego se suicida), planteando interesantemente que Judas sólamente cumplía su deber dentro del gran plan divino y, por lo tanto, tanto él como sus acciones eran elementos cruciales y necesarios en el desarrollo de la historia de muerte y resurrección tan importante para el cristianismo. Te hace ver a Judas en otra luz ¿Cierto?
Pensar sobre el plan divino y el libre albedrío es importante porque no es un conflicto aislado (estoy tratándolo como conflicto hasta que alguien quiera explicarme cómo no lo es) sino que tiene implicaciones importantes en el resto del sistema de creencias, veamos solo un par de estas implicaciones.

  1. Responsabilidad: ¿Es responsabilidad del ser humano gobernar su vida, hacer el bien, evitar pecar? ¿Está el asesino sencillamente cumpliendo con el plan divino o es tan poderoso que puede usar su libre albedrío para interrumpir el plan divino de un dios omnipotente? En otras palabras ¿Debe ser castigado porque es su decisión cometer un crimen y debe lidiar con las consecuencias de oponerse al plan de dios o debemos dejarlo pasar porque eso es «lo que dios permitió que pasara» y, por lo tanto, debe ser parte de su plan? Lo cual nos lleva a pensar sobre el pecado y el infierno.
  2. Pecado: Si dios tiene que aprobar cada uno de tus movimientos antes de que los des ¿Qué es pecar? Y, una vez encontremos una definición adecuada de pecado ¿Es el pecado digno de ser castigado? ¿Existe un castigo eterno (infierno) por hacer algo que no debiste hacer pero que no es tu responsabilidad porque era parte del plan desde el principio? ¿Por qué debería castigarse a alguien que solo sigue el plan? El concepto del infierno es interesante y, aunque tengo mi propia respuesta sobre el mismo me gustaría escuchar lo que piensan los demás.
  3. La oración: la gente ora para agradecer a dios por eventos sucedidos, para pedir que sucedan otros o para quejarse por lo que sea que pase. Desde hace mucho tiempo la oración se ha perfilado como una comunicación directa con el creador del mundo (asumiendo que tiene género y que es, por su puesto, masculino) pero es una comunicación de una vía. No es como la meditación, esa es distinta, la oración es casi como hablar por teléfono y lo digo en serio, he visto grupos de personas que oran y he tenido hasta bonitas experiencias observando estos eventos pero siempre me pregunto: ¿Si oro para pedir algo y ese algo no es parte del plan de dios ¿Para qué oro si igual no se cumplirá? De la misma manera, si lo que estoy pidiendo es, de hecho, parte del plan divino ¿Para qué oro si pasará de todas formas? Por cierto, no se vale eso de orar para que dios ejecute su voluntad porque se supone que lo hará de cualquier manera, no es como que debemos darle permiso. Y tampoco se vale orar solo para dejar a dios saber que aceptamos su voluntad porque, después de todo, dios es omnisciente así que conoce tus intenciones sin que tengas que decirlas. Todo esto me hace pensar en el plan en sí mismo.
  4. El plan en sí mismo: ¿Cuál es el plan? ¿Acaso no nos iría mejor si conociéramos el objetivo desde un inicio? Supongo que la respuesta a esto es que nadie conoce el plan en realidad y que es otro de esos misterios que se aceptan por fe y no se entienden por conocimiento. Pero eso no es suficiente para un gran porcentaje de la humanidad, aunque sería infinitamente más cómodo aceptarlo de esa manera es imposible para muchos de nosotros porque sería como pedirnos que voluntariamente cambiásemos nuestra orientación sexual o el color de nuestra piel para no ser discriminados. No se puede porque, sencillamente, no estamos constituidos de esa forma. Algunos de nosotros requerimos entender, a mí me parece que ese requerimiento es un avance importante en el pensamiento humano pero muchos creyentes lo ven como un handicap, una discapacidad, una falta de fe (me lo han dicho directamente), lo cual no es un problema porque, después de todo, si alguien tiene una discapacidad siempre se buscan maneras de echarle una mano (construimos rampas, fabricamos anteojos, implantes cocleares, etc.) así que lo que requerimos es una explicación, misma que nadie ha querido darme y que sigo solicitando. En realidad no es muy importante si me ven como un discapacitado espiritual o como alguien más allá de las religiones, lo importante es que generen la explicación. Por favor, háganlo, al menos inténtenlo.

Sé que no soy el único que ha considerado estos puntos, otras personas (y algunos muy respetables) han tratado de hallar respuesta a estas interrogantes y a otras, pero por alguna razón siempre que formulo estas preguntas a algún creyente me quedo con un mal sabor en la boca, sus respuestas suelen ser evasivas, cargadas de un aire de superioridad o bien de un intento por hacerte sentir que pensar es poco menos que un pecado.
Curiosamente fueron sacerdotes católicos quienes me enseñaron a cuestionar estas cosas y me dieron «permiso» de pensar cuando yo era un adolescente. Tal vez los demás no recibieron ese permiso. De cualquier forma estoy seguro que, si nos permitiéramos pensar sobre estas cosas, el mundo sí sería un lugar mejor y bueno… tal vez eso sea parte del plan divino.  😉
Un abrazo y que estén bien,